domingo, 3 de enero de 2021

EL CIGARRO. Por YOLANDA WESTPHALEN.

 




YOLANDA WESTPHALEN

 

    EL CIGARRO

 

una mano

sostiene un cigarro

a medio consumir

y desde brumas tardes

desde crecidas noches

viene

hasta nosotros

este olor

tan gastado y conocido

y la mano

lo acerca lo aleja

de sí

y hay como un dúo en delirio

entre ambos objetos

la mano es el hombre

con su sentir

su pensar

su hacer

y el cigarro es la evasión

médano sin límites

de un dolor en libertad

de un gozar en círculo

continuo

evanescente

esfera que envuelve el mundo

y lo acerca

y le pinta un rostro conocido

y le da dulzura a la huída y al retorno

viento y pensamiento

se iluminan

en esa queda luz

y la vida y la muerte se llegan hasta los labios

para robarles el secreto

de su existir

y la boca del hombre se cierra y el cigarro se consume

pero el hurto

de lo más recóndito de su substancia

es sólo resplandor y ceniza

el silencio es avaro en soledad

pero el silencio escondido en el cigarro

es compañía

hombre y humo

se buscan

se gozan o se sufren

porque ambos son un diálogo

absurdo y necesario.

 

 

 

 

 

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