sábado, 4 de enero de 2020

GERMÁN CARNERO ROQUÉ POESIA ONTOGÉNICA Y EXISTENCIAL Por WINSTON ORRILLO.

                     GERMAN CARNERO ROQUE / PREMIO "PALABRA EN LIBERTAD"




GERMÁN CARNERO ROQUÉ POESIA ONTOGÉNICA Y EXISTENCIAL

Por WINSTON ORRILLO.
  


 
“El corazón es fuego/ Hay un tiempo de amar/ Un tiempo de morir/ El corazón es fuego”

Wáshington Delgado



“Quiero salir al sol. Verle la cara/ al mundo. Y a la vida que me toca/ quiero salir, al son de una campana/ que eche a volar olivos y palomas./ Y ponerme después a ver qué pasa//con tanto amor...”
Alejandro Romualdo



Nada sucede por casualidad. Somos coetáneos, del 41, y ambos escribimos poesía y pergeñamos artículos periodísticos. Aunque su dimensión es más vasta, pues él ha incursionado asimismo en las tablas, ha sido histrión y es autor de teatro infantil.

Además, procede de un sólido y entrañable árbol político, pues su padre es nada menos que el inolvidable “negro” Genaro Carnero Checa y su madre es por decir poco,  una insurrecta combatiente de la España de García Lorca: Maruja Roqué.
Germán, amén de la poesía y el arte entrañables, tuvo trabajos diplomáticos en la UNESCO, especialmente, y fue autor de los nunca superados “PERIO-LIBROS” E IBEROAMÉRICA PINTA”.

Desde 1962, el inolvidable Javier Sologuren, en sus  Cuadernos de Hontanar, trabajados con Luis Alberto Ratto, lanzó ´Ese cantar de alondra”, con el que nuestro autor iniciara una poética en la que su acercamiento  a la vida, a la naturaleza, lo distinguieron de modo sui generis. De allí surgieron “La rama natural”, “Canto rodado, “Un solo canto el canto del camino”, “Triste veranillo” y su indeleble homenaje a la muerte de nuestro fraterno César Calvo, en “Cuanta belleza César realizada”, entre otros varios títulos, algunos de ellos con la reseña de su vida realmente peregrina, donde destaca el amor por Adita, su esposa en el inigualable texto “Am-ada esposa”, una verdadera joya antológica.
Para dar una mirada de conjunto a su vasta y plural creación, usamos su Antología personal, publicada por ediciones “Capulí” donde, asimismo, nosotros hemos lanzado más de un volumen, con la característica de que, título que trabaja Carlos Zúñiga Segura, el director-creador del mencionado sello, es éste una verdadera presea (conocemos a más de un coleccionista de los poemarios de CZS).

Además, la presente Antología viene, como ayuda y guía para el lector, premunida de Prólogos y prologuillos, debidos a esclarecidas voces nacionales, como las de Enrique Verástegui, Ricardo González Vigil y el poeta e historiador de la literatura peruana, César Toro Montalvo, amén de algunas opiniones de C.Z.S. especialmente sobre “Acúsome padre”.

Poesía y exorcismo, podríamos decir, el lírico Germán Carnero Roqué ejerce –y usamos el verbo con toda propiedad- su trabajo literario para hacernos, para convencernos que lo suyo es un camino hacia “el lugar de los encuentros”  y su papel es el de conducirnos allende nuestras propias –y naturales- limitaciones por los senderos de César Vallejo, Juan Gonzalo Rose, Carlos Germán Belli, Alejandro Romualdo  et al.

Narrativo y profundo, el canto –el encanto- de su verso, deja una huella indeleble en todo aquel que accede a él, tanto por los sucesivos meandros en los que discurre, como en su sorprendente recorrido allende  estaciones, volúmenes en los que este “iberoamericano a tiempo completo” –según su autodefinición –nació en la patria de Alfonso Reyes- durante alguna de las vacaciones (impagas) de su admirable progenitor que tuvo el alto cuidado de que su hijo no pisara las ergástulas que él conociera de memoria, y por eso lo condujo al trabajo internacional, donde tanto y tan bien se ha desempeñado.

Vida y muerte son unimismadas por el bardo, por lo que no resistimos citar, para terminar, por ahora, su
“Ponderando: / Cara a cara / frente al ocre / marchito de la muerte / ponderamos / el intenso instante / de la verde savia.”

Así sea y así será, por los siglos de los siglos, pues como uno de nuestros inmensos bardos, Vallejo,  escribiera:

“Lo han matado, obligándole a morir”
¡Su cadáver estaba lleno de mundo”.”

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