sábado, 4 de enero de 2020

"ANDRES Y CAYETANO" DE ROBERTO MANSILLA. Por VERONICA MORANTE ROSSEL.

                                              Roberto Mansilla, Román Alvarado Cano,
                                            Veronica morante Rossel y José Beltrán Peña.


Andrés y Cayetano es un relato lineal (comienza finalizando octubre y termina dos días después de Navidad), que realiza algunos paréntesis o saltos explicativos, a manera de flash back, en algunos capítulos; para entregarnos detalles que contribuyen a profundizar en la vida de los personajes, lo cual enriquece y dota de dinamismo a la trama. 



La narración fluye ligera, con un lenguaje sencillo, ágil y fresco. Destacan las DESCRIPCIONES del entorno y de los personajes (hondas y delicadas) con el uso de un recurso estilístico muy peculiar: una marcada tendencia animista, que desde la perspectiva de un narrador omnisciente no se pierde en registrar fotográficamente los espacios, sino que recrea atmósferas íntimas que nos conectan, a través de nítidas imágenes, con las emociones y sentimientos de los personajes; dándonos la sensación de estar allí. Haruki Murakami sostenía que “los personajes son elementos esenciales para la novela, un escritor debe crearlos de tal manera que parezcan reales y, además deben resultar interesantes, atractivos, autónomos” (De qué hablo cuando hablo de correr). 

Con respecto a lo citado, quiero destacar el trabajo del autor en la construcción de personajes con estas características. Veamos esto a través de: Andrés: el gato negro con heterocromía, que comía salmón desmenuzado. Nunca había visto la nieve, vivía mimado en la comodidad del lujoso departamento de su ama en Miami. Al perderse, se encuentra aterrado en un mundo desconocido. Por primera vez tiene que luchar contra el miedo y hasta con la muerte. 



Es el personaje que va creciendo en su determinación de volver. Cayetano: el gato mocho, mutilado, callejero, libre, respetado, valiente. Debajo de su suciedad y dureza, aún añora las navidades vividas con su dueña. Cayetano, corazón de oro que concilia con mapaches, ratones y gatos mimados como Andrés, tal vez inspirado en el gran corazón de doña Juanita (amor - aprendizaje) Juanita Guzmán: dueña de Cayetano. Anciana portorriqueña que bordea los 90 años. Se casó cerca de los 40 y ahorró con su marido para volver algún día a su patria. 

Cuando enviuda asume la actitud de vivir sin quejarse. Comparte todo con los animales, los que alejan su soledad. En ellos encuentra lo que no halla en los humanos. Vive rodeada de plantas, perros recogidos y canarios; en una casa llena de vida. Se alistó para morir ( “la muerte salvadora”) tras la partida de su perro Nerón. 

En la novela, humanos y animales se movilizan hacia un objetivo alrededor del AMOR: Sandy desea encontrar a su gato Andrés porque lo ama, el Dr. Cencini busca a Andrés por amor a Sandy; los amigos de Sandy buscan a Andrés por amor a ella; Cayetano desea que Andrés vuelva a su hogar porque descubre el amor contenido en la amistad y la fidelidad a la especie; el mapache y el ratón Pequeñín ayudan en su misión a Cayetano, por amistad. 

Considero que es un acierto del autor el tratamiento que le da a los personajes animales, humanizando el relato. Por citar algunos ejemplos, en la novela encontraremos gatos que se conmueven frente al dolor o la enfermedad, o a una rata gigantesca que se apiada de un gato perdido. Sin necesidad de dios ni religión, estos seres son capaces de renunciar por el bien de un individuo o del grupo. ¿Se imaginan a dos gatos, un ratón y una rata, corriendo juntos por un mismo objetivo? ¿ O a un gato y un ratón exponiendo la vida por el otro? Estos personajes creados por Mansilla, se desenvuelven naturalmente con actitudes basadas en el respeto, la solidaridad y la protección del más débil. El líder, más allá de la especie a la que pertenezca, se gana el respeto por su conocimiento, sabiduría y bondad. 

Actúan guiados por el amor y la solidaridad aprendida en el vínculo entrañable de la amistad. Es notable la parte en que Andrés descubre su valentía, y agradecido, salva al ratón Pequeñín. Acompañar a Andrés en su viaje de retorno al hogar, nos lleva a reencontrarnos con muchos temas, que sin ánimo moralizador o edificante están atravesados por un hilo conductor: EL AMOR Y EL APRENDIZAJE A PARTIR DEL VÍNCULO CON EL OTRO. 

Subyacen junto a este eje, otros temas recurrentes, muy humanos y universales: 
- Enfrentar los miedos 
- La confianza en el otro 
- El prejuicio o el instinto, los que limitan la reflexión y nos impiden cuidar mejor del otro 
- La impermanencia, y junto con esta, el tema de la pérdida, el apego y el hecho de reconocer que finalmente no somos dueños de nada. 

La vida puede dar un giro violento y todo nos cambia de un solo golpe; el que a veces transforma nuestra cotidianeidad en una realidad adversa, desconocida, pero que en el proceso hacia el nuevo equilibrio se puede convertir en un camino de aprendizaje. Para Andrés, ese golpe inesperado fue salir despedido por la ventana del auto en el accidente y quedarse sin hogar, para Sandy fue sufrir el accidente y perder a Andrés, para el doctor Cencini; conocer a Sandy y asumir el compromiso de buscar a su gato, para Cayetano, el gato callejero, fue conocer a Andrés. 
- Creer en los milagros o HACER que estos sucedan 
- Valor de la promesa cumplida, no por exigencia, sino por amor. 
- El HOGAR, el retorno al espacio propio, pero en clave de aprendizaje, libertad y crecimiento: “Para retornar es necesario poder salir” (F.E.) 



Los invito a vivir la emocionante aventura de acompañar al gran Cayetano en su noble misión, o a salir en búsqueda de Andrés y finalmente retornar con una amplia sonrisa ronroneando en el corazón.

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