miércoles, 9 de octubre de 2019

SEÑOR PRESIDENTE, HASTA SIEMPRE. Por PAVEL ABARCA JIMÉNEZ.




PAVEL ABARCA JIMÉNEZ




SEÑOR PRESIDENTE, HASTA SIEMPRE


Señor presidente, hoy luce su alma el color del pecado mortal,
y es ahora el eslabón predilecto de la filosofía.
Será el problema individual y el problema social que arroja el misterio
a los ojos curiosos, como el que arroja su mirada al vacío.
Su sangre fue de limón mayoritario y de elixir minoritario,
su muerte es la vida para nuestros girasoles y el luto para sus criaturas.
Casi dos metros de historia para el descanso de siglos de patria.
No es mi alegría la que escribe ni la pena la que me inspira,
pero son los golpes de Vallejo los que hacen al poeta, que hoy
parecen golpear las puertas de la casa de luzbel.
El Perú es el medio hacer del descanso y la insistir del colapso;
en su panteón de gloria hoy no hay atención, es feriado largo, su cajón
señor presidente será el templo de los guardianes del templo rojo en estrella,
de esos que aman la muerte en la verdad.
Su completitud platónica fue la incompletitud feliz de nuestra paz interior,
porque al lanzarnos la bulimia de narciso, generaciones de generaciones
quedaron  petrificadas, levantando las manos y vitoreando el no ser, su no ser.
Hoy su mano gatilló la bala del cosmos desconocido, para deshabitar
las células psíquicas de ese hábitat colosal ¡Es un ejemplar de la historia!
Valioso para los hombres de ciencia y mesiánico para los hombres de a pie.
Se encontrará usted con Gonzáles Prada y confrontará usted su completitud
afectada con las incompletitudes más hermosa que conoció el Perú: páginas libres
y horas de lucha. Resistará usted el trébol de la verdad?

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