Winston orrillo con su hijo Fidel.
A MI PADRE LO VEO
A mi padre lo veo entre el escombro
De tanta y tanta vida ya caduca:
Su rostro ya no tiene los arcanos
Que alguna vez mis ojos pastorearan.
Todo se está volviendo muy sencillo:
Este claro lenguaje de mi origen
Y la risa rosada de mi madre.
Tantas casas y voces y penumbras
Y la misma distancia nos engulle.
¡Nunca pude acercarme a quien me diera
Con sus brazos antiguos el encargo
De imantar estas horas, este día!
¡Qué lejos estuvimos y afincados
En el mismo letargo, padre mío!
Tú en las jibas ariscas del oficio
Que malgrado, tenaz, te espolvoreara:
Y el poeta imprecaba mientras tanto
Atascado en los vientos que te herían.
Alguna vez, a veces, platicamos
Ya no recuerdo, padre, en qué dialecto.
Nuestras voces jamás zarparon juntas
Bajo el zafio sistema de las horas.
Sin embargo, de lejos, yo atisbaba
Que mis pasos contigo discurrían.
¡Cuántas veces viví lo que viviste:
Desempeñé tu oficio, tus caídas.
Yo sentía que el viento me apilaba
En tu intacto rincón reconocido:
Esta voz, esta frente y estas simas,
Eran tuyas, totales, sin ambages.
El tremedal del alba y sus verdades
Devolvía a mis ojos tu hornacina:
Tus carencias que entonces comprendía
Encalladas en mí sin duda alguna.
¡Por todo lo que entonces no dijimos
Hoy comienzo a cantar de aqueste modo!
WINSTON ORRILLO
Lima, Perú, 1968
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