Pedro Beltrán con su Valentín y Richard.
Pedro Beltrán con su Valentín y Richard.
SIN NOMBRE
Sobre el frío escritorio estéril lucen las hojas
deslizándose segundo a segundo sobre rojos andenes.
Letras muertas sacudiéndose el polvo de la sin razón
Enajenados versos que huyen, arañando su decadencia
Colgándose van, tras los vestidos de la muerte…
Fluyen, entre circunferencias celestes, vuelven a ser…
Carcajean desnudos, sin nombres, sin dueños
Reales y soberanos, indómitos, cual bestias salvajes,
se elevan como los símbolos más puros de la eternidad
Y en el instante más sublime de la propia esencia del dolor,
convirtiéronse en eslabones inmortales, cuna sagrada de la poesía.
EL ALMA DEL ARPA
Por FANNY JEM WONG.
I
Llora el arpa dorada y ardiente
las melodías de hondas tristezas.
Los lamentos de la pobre alma
detrás de un espejo quemado.
la carga en sus notas grises
de todo el dolor del misterio,
una falsa tentativa de alejarse
de las sombras y de los llantos,
de las alas grises de la muerte
que la acarician sin límites.
II
Desbarata los paisajes insípidos
que sus tensas cuerdas ahora
dibujan en sus oníricas nubes.
Llorando arpa dorada, truena fuerte
que él está dormido y no escucha,
no siente, no se inmuta, no nada.
en la constelación, vibraciones
angustiosas y frías de la muerte.
toca hoy toda tu fúnebre música
entre fuegos y ritos milenarios.
III
¿Que te quema y qué te arrastra?
Es un solo de notas quebrantadas,
comparte con él ausencia y la nada
llorando arpa de ensueño y de hadas
todo el canto hecho hiel fermentada.
Gime arpa lenta, suena pesada
los mares muertos de su olvido.
Haz que de tus cuerdas escapen
el crepitar de tus hilos muertos
y de todas tus notas adoloridas.
IV
Sujétate esta noche fría en hebras
sobre su cadera, sin inocencia.
Apóyate al hombro muy suavemente,
con pulsaciones que te exijan
poner en él tu sueño, tu ansía consagrada.
Que cada cuerda sea apagada
antes de excitarte en la siguiente.
crea entre sus manos el poema
y suene él entre agudos y graves.
regálale las notas del amor que nace.
V
Que sus uñas ágiles saquen de ti
la belleza de tu voz y de tu timbre.
En ríos de melodía líquida y alba
muere coagulada, ahí desgárrate.
Rompe el silencio del que ya yace
entre las sabanas como dormido.
llora en la melodía del arpa de oro
todas las piezas de sus espejos
que idos formaron los caídos sueños
en los campos de los vencidos.
VI
Desnuda las notas hoy patéticas,
ofrécele los acordes a tu amado
el mejor de todos los conciertos
haz que tu vibrar mueva las hojas
entre los escombros de su cuerpo.
Adormécele las aguas, la tierra,
el polvo, las rocas… y el viento.
Llorando en el firmamento esta noche
la armonía de todos tus versos
en ausencia de su cuerpo ardiente.
VII
Seca las fuentes de miel naciente
los vientos de los mares, las olas
con poderosa furia de la espuma roja
que todas las cuidades de la muerte
y sus fantasmas ¡despierten ahora!
como en un principio las nubes alzadas
reinen solas y grises en las tinieblas.
Sumérgete en onírico mundo pasmado
inhóspito , frío, sin los colores de la vida
sin amor esperando el camino de nada.
VIII
Llora arpa mutilada por arte de Apolo,
que el firmamento sea un lienzo oscuro
en donde se esconda la risa que fornica
en las estrellas y las orgías de la luna.
Vibra sonora para que tu amado sienta
como tú lo incitas al amor, quebrándole
de placer hasta el último de sus huesos
Apodérate de su desnudo y dulce cetro
el concierto de las verdades ignoradas
flagrante canto de amor que ensordece.
IX
El sonido de un corazón grita herido
la etérea melodía de un arpa de amor
que se encuentra entre las roja llama
en la tristeza de un fugaz romance
que corto asesino sus alas doradas.
Vibra fuerte en la eternidad del tiempo
desgasta las aguas que lloran los montes
en torrentes de sangre hasta sus faldas
Que el amante dormido sienta su fuerza
y sepa que vives preñada de tristezas.
X
Arpa de oro, fúndete entre las flamas
navega entre las nubes del infierno
suena fuerte, envuélvelo en humo hasta
que tus cuerdas de celos, revienten.
Haz sonar tus gemidos, en ágil concierto
del celo de una hambrienta loba herida
y en el vaso ceremonial del desesperado
él absorba la última gota de tus fluidos
relamiendo el amor entre tus cuerdas
que alzan sus notas floridas al viento.
XI
Suena arpa de los ensueños celestes
rompe los silencios detrás del espejo
quémalo, y él se despierte sabiéndolo
como rey y dueño de todos tus sueños.
¿Que te condena a vivir entre muertos?
Un sótano de ilusión que se desgasta
en el tiempo, en el jardín, en la pradera,
en las cuevas y las heladas montañas.
Atravesando la penumbra de las sombras
se recueste en las avenidas quebradas.
XII
Con voz furiosa lanza sostenidas notas
consúmala con un fuego que le abrase
demuéstrale tu poderío, toda tu realeza
sublévate a su terrible e ingrato olvido.
Revienta las lunas rojas y el viejo espejo
que todas sus riveras se viertan sobre ti
Arpa transmutada en carne y hueso hueco
ahógate en el etéreo teatro de delirios
con los llantos absurdos echa tu sangre
para que se escuchen ágiles los sonidos.
Por el camino de los años que ya nacen
y muere insaciable amándolo en sueños.
PIEL DE ARMIÑO
El abrigo se cae a pedazos, lo contemplo noche tras noche
frente a los espejo rotos, esta raído, colmado de agujeros negros
trato de no ver, de no escuchar.
Podría curarlo, zurcirlo, me repito a cada minuto,
podría saciar su hambre hasta que broten
nuevas mieles, sobre la piel que suspira.
Cuento las monedas que guardo en sus alforjas,
insuficientes para repararlo, existen prioridades.
Qué más da ¡Púdrete, maldito traje!
Después de todo, no te llevaré a ningún lado,
nunca fuiste a ningún lado, solo lo soñaste.
Muérete frente al espejo entre caricaturas extrañas.
Deja que tus huesos fracturados, muestren sus causas
e ingresa firme a las oscuras galerías del tiempo.
Baja los brazos, incéndiate bajo la hoguera,
camina descuidadamente por las viejas cornisas,
acepta la única verdad que existe para la masa
solo eres un número más entre millones de monos desnudos
sin esperanza , sin mañana , sin futuro.
POR EL MUNDO, MADRE
Por RICARDO GONZÁLEZ VIGIL
Por la selva, madre,
paseabas tus entrañas cincelando.
Esperando, fatigada, en tu silla
-de madera las hacían y con flores-,
en tus horas agobiadas, en tus sueños, en el
mundo, madre, umbrosa,
aprisionada de pájaros, colores
y de risas.
Te llamé -en tu silla, algo me dice,
reposabas-.
Tus valles me rodeaban tus colinas,
hace veinte años
de vida, tu lentitud de jardín esperando,
y unos meses
Grávida bajo el azul
naciente, color firmamento,
tu mirada
de cariño privativo, descansando,
-las lentas aguas
del sol-,
y bajo
el mediodía.
-Y era sensación nada más, latir, principio-,
ansioso te llamé
hablador tembloroso, mi voz
en cautiverio por entonces, informe
te llamé, falto de idioma.
El sol y el mediodía
-tu silla ya no existe- continúan,
el mundo despoblándose de plumas
y sonidos.
Ya no sé cómo llamarte
-los días con ausencias los días
y alegrías han pasado
con temores-.
Apenas te imagino
sudando entre trinos, entre luces,
edificándote
a ti a abuela (y bisabuela) edificándome
para que
con pájaros, colores, te acompañe,
y alegrías expresables.
Mis años juveniles, madre,
las palabras de tu rostro.
hasta ahora no he aprendido a pronunciarlas,
¿me perdonas?
Desde entonces, en tu silla de jazmines,
dibujando,
hilándome, apenas te retengo, hilándonos
para que se consoliden
mi garganta, tus entrañas, para que,
y no lo sabías madre,
espacio,
vida,
tiempo construyeses.
EN UN SEGUNDO PUEDO IMAGINARTE
En un segundo puedo imaginar tu cuerpo
Descendiendo por el celeste universo
te veo caminar por las líneas de acuario
Trazando tu destino en un espejo de cristal.
En un segundo puedo imaginarte en mis
ojos
Confundiéndote en mis pupilas de mil colores
dibujándote como Eva en el paraíso
Desatando versos diseminados en el infinito.
Solo en un segundo puedo imaginarte en los polos
De Júpiter, observando las luces de la noche
y cruzando el tiempo como mariposa viajera
Por el cielo astral del Alfa Centauri.
En un segundo puedo imaginarte en las
cataratas
Del Niágara, coloreando los trazos del arco iris
prendiendo con bengalas las estrellas de otros cielos
Creando Un laberinto mágico de soles encendidos.
¡Mujer! solo en un segundo puedo imaginarte
Desnudándote sobre las fauces de la noche
Y entre sus garras tu simetría
perfecta
Fundiéndose en el fuego de la imaginación.
EL PINTOR Y EL MAR
(Dedicado a Miguel Brenner)
Soy pintor del mar de sueños y castillos
De tardes perfumadas con libertad,
Que atrapan la brisa y el vuelo de gaviotas
Que van volando por los intensos océanos
Vestidos de colores, ilusiones y deseos.
Nací entre los trazos matinales del sol
Con la fuerza incesante del océano pacifico
Arena, olas y tiempo se forjaron en mí
Y marcaron paso a paso mi niñez, y juventud
Extendidos entre el sonido matinal de violines.
Hoy, los pinceles del deseo recorren excitados
El arco iris del universo, de mi mente
Y a la par mis manos, emprenden el vuelo libre
Entre turgentes y místicas figuras mágicas
Hasta quedar plasmados en un lienzo.
Soy el pintor y el mar de fronteras infinitas
Chancay, hoy me bañe en tus aguas
Y en el atardecer donde solo existe el silencio
Pinte tu horizonte preñada de mares, terrazas
Y leyes ancestrales de esta bendita tierra.
DULCE LUZ DE ESCULTURAL BELLEZA
Por ALFONSO JARA.
La música del viento a calmado sus melodías
un beso imaginado me llega de tus labios
el amor en vida transforma pensamientos
conoce las penas y los lacra en el olvido
para descansar en recuerdos y esperanzas
un melancólico recuerdo un sueño de alegría
La música del viento roza los besos de tu boca
una fresca mañana agita su humedad y sonríe
y el rostro de la esperanza se vuelve rocío
una dulce hiel reposando en corazones heridos
que abrazan espejos de ríos, mirada de tus ojos
una dulce luz intermitente, en noches de lunas
La escultural belleza de tu cuerpo irradia amor
genera música y eco cuando llora y canta
y es nostalgia cuando la nombra el alma
arte y sentimiento cuando se agota el lenguaje.
ONTOGRAFÍA
Para llegar A SER
escribe HACER
para amar a todos los SERES
escribe CERES
en templo entonces se desnudará el YO SOY
musitando ya no soy yo
al soplo de YOSOY