sábado, 7 de mayo de 2022

TODOS LOS DÍAS SON DE LA MADRE. Por JOSE BELTRAN PEÑA.

 

                                                      Hortencia Peña de Beltrán y yo, con

                                                      el Osito Rene.



     TODOS LOS DÍAS SON DE LA MADRE



(Un saludo muy especial por el DIA DE LA MADRE, pero sin esas palabras trilladas, repetitivas, sosas y hasta hipócritas que se siente en algunos escritos. Y digo especial porque existen madres muy interesantes pero sacrificadas que dejan y dan todo por el bienestar de su familia o hijos).
 
 
Mi saludo a la madre que sin haber parido entrega su valioso tiempo por la existencia de un ser humano.
 
A la madre dizque clasemediera que labora como secretaria y tiene que hacer de todo para tener trabajo y no ser despedida por edad, para que sus hijos terminen la universidad, incluido acostarse con el jefe.
 
A la madre que nos limpia las calles de la ciudad en su mismo día, para que nuestras casas estén más bonitas.
 
A la madre prostituta que entrega su cuerpo para que su familia se alimente, en especial sus hijos sin padre conocido.
 
A la madre jovencísima que se ha casado con un viejo para salvar el honor, status y economía de su familia, llegando al sicólogo por falta de vida.
 
A la madre que pide ser amante porque su marido lo es solamente en un papel y necesita un hombre que la quiera y le alegre la vida antes de suicidarse.
 
A la madre que sacrifica su belleza por dársela a lo negativo de la vida en beneficio de sus hijos que ya son mayores y siguen durmiendo.
 
A la madre serrana que bajo el fogón cocina desde antes que cante el gallo, para alegremente dar el desayuno a su familia.
 
A la madre selvática descalza quien le compra ahorrando, sus vestidos, cuadernos  y zapatos a sus hijos.
 
A la madre que nos da una sonrisa sin alma al hablar de sus hijos que son maravillosos y muy humanos a pesar que son delincuentes o asesinos.
 
A la madre poeta que está mal vista por la sociedad peruana con adjetivos diversos como loca, calzón suelto o rayadita.
 
A la madre orgullosa que perdió a su único hijo en defensa de la vida o de la patria, reconfortándola que no fue un cobarde.
 
A la madre que tiene que abrazar con las piernas al marido calladita a pesar que se apagó el amor porque se puede estropear el futuro económico de sus descendientes.
 
A las madres de distintos colores y sabores, todas bellas y peruanas, que estoicamente aceptan un camino pedregoso pero con la esperanza de una luz al final del camino sin machismo ni racismo.
 
A mi madre que en encuentros incansables de amor, placer, sexo, alegrías y vida, dieron existencia a este ser que tiene múltiples defectos y se supone que algunas virtudes, logrando matar a la muerte y al silencio.
 
También mi saludo a las otras, a las que fueron y hoy son abuelas, a las que son y a las que serán, que por inteligencia, suerte o bendición del Señor tienen una vida humana más humanizada.
 
¡Feliz Día de la Madre, todos los días!.


 

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