Hortencia Peña de Beltrán y yo, con
el Osito Rene.
TODOS LOS DÍAS SON DE LA MADRE
(Un saludo muy especial por el DIA DE
LA MADRE, pero sin esas palabras trilladas, repetitivas, sosas y hasta
hipócritas que se siente en algunos escritos. Y digo especial porque existen
madres muy interesantes pero sacrificadas que dejan y dan todo por el bienestar
de su familia o hijos).
Mi saludo a la madre que sin haber parido entrega su valioso tiempo por
la existencia de un ser humano.
A la madre dizque clasemediera que labora como secretaria y tiene que
hacer de todo para tener trabajo y no ser despedida por edad, para que sus
hijos terminen la universidad, incluido acostarse con el jefe.
A la madre que nos limpia las calles de la ciudad en su mismo día, para
que nuestras casas estén más bonitas.
A la madre prostituta que entrega su cuerpo para que su familia se
alimente, en especial sus hijos sin padre conocido.
A la madre jovencísima que se ha casado con un viejo para salvar el
honor, status y economía de su familia, llegando al sicólogo por falta de vida.
A la madre que pide ser amante porque su marido lo es solamente en un
papel y necesita un hombre que la quiera y le alegre la vida antes de
suicidarse.
A la madre que sacrifica su belleza por dársela a lo negativo de la vida
en beneficio de sus hijos que ya son mayores y siguen durmiendo.
A la madre serrana que bajo el fogón cocina desde antes que cante el
gallo, para alegremente dar el desayuno a su familia.
A la madre selvática descalza quien le compra ahorrando, sus vestidos,
cuadernos y zapatos a sus hijos.
A la madre que nos da una sonrisa sin alma al hablar de sus hijos que
son maravillosos y muy humanos a pesar que son delincuentes o asesinos.
A la madre poeta que está mal vista por la sociedad peruana con
adjetivos diversos como loca, calzón suelto o rayadita.
A la madre orgullosa que perdió a su único hijo en defensa de la vida o
de la patria, reconfortándola que no fue un cobarde.
A la madre que tiene que abrazar con las piernas al marido calladita a
pesar que se apagó el amor porque se puede estropear el futuro económico de sus
descendientes.
A las madres de distintos colores y sabores, todas bellas y peruanas,
que estoicamente aceptan un camino pedregoso pero con la esperanza de una luz al
final del camino sin machismo ni racismo.
A mi madre que en encuentros incansables de amor, placer, sexo, alegrías
y vida, dieron existencia a este ser que tiene múltiples defectos y se supone
que algunas virtudes, logrando matar a la muerte y al silencio.
También mi saludo a las otras, a las que fueron y hoy son abuelas, a las
que son y a las que serán, que por inteligencia, suerte o bendición del Señor
tienen una vida humana más humanizada.
¡Feliz Día de la Madre, todos los días!.
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