jueves, 28 de septiembre de 2017

V FESTIVAL INTERNACIONAL PRIMAVERA POÉTICA. Por RONALD ARQUIÑIGO VIDAL


(Leoncio Luque, José Beltrán Peña, Jhonny Barbieri y Raúl Jurado, somos algunos poetas que participamos en el FIPP, realizado estupendamente por Harold Alva.)

El FIPP organizado por Harold Alva se ha convertido, hoy por hoy, en una tradición insoslayable de nuestras letras. No solo reúne y homenajea a nuestros más reconocidos poetas, sino también convoca a otros nombres importantes de diferentes territorios de habla hispana. Entre estos, a autores cuya obra reclamamos un merecido reconocimiento en nuestro país. Con este Festival, Harold Alva consigue hacer de nuestra fría y gris primavera, una celebración del arte. La cultura no está exenta de nuestros ánimos, ni lejos de la necesidad humana. Harold Alva tiene la intuición de un poeta y la capacidad de proyectarla en una empresa como esta, por eso se explica su capacidad de convocatoria en el montaje de este extraordinario evento con la escrupulosidad de un minimalista. En un país donde el germen de la pudrición moral, de la política deleznable y de las injusticias sistemáticas que padece nuestro pueblo brota día a día, la poesía debe repercutir en el alma sensible y hacer más justa la lucha obrera frente a la mezquindad de la explotación; esa opresión que acarrea nuestro pueblo sufrido y le quita oxígeno. El poeta debe ser vigilante de esta realidad, y su poesía servir para respirar; ser una herramienta de riña contra ella y hacer real una existencia más optimista. La poesía como un medio de lucha, para tender puentes y lograr la cohesión; generar el debate y la reflexión; de afirmación de nuestra identidad sin sobornarnos ni sabotearnos. La poesía como el mensaje de un contestatario, de un cuestionador que empuña la pluma para descargar su actitud rebelde. El FIPP nos acerca a eso. A creer que la vida puede ser menos tiránica y más justa. Por eso, la poesía no está para un regodeo petulante, del paladeo del frívolo vino ni del abrazo a la noche como dan esos fantoches malditos que acarician el ego. El verso es un instrumento de acción, de reivindicación, escrito desde un lugar incómodo para incomodar a los déspotas. La poesía es rebeldía, es lucha y resistencia, y enfrenta a la más fatal de las fatalidades y al más consagrado de los sueños, la realidad. Este FIPP abre un camino. Y como todo camino, debe seguirse despejando para avanzar mejor.
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(Publicado hoy en el diario Expreso)

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