viernes, 19 de febrero de 2016

PILAR GONZALEZ VIGIL: UNA DESTACADA ESCRITORA DE LITERATURA INFANTIL

PILAR GONZÁLEZ VIGIL HA ESCRITO EL MEJOR LIBRO DE LITERATURA INFANTIL DEL AÑO 2014 - POR JOSÉ BELTRÁN PEÑA

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PILAR GONZÁLEZ VIGIL
 
 HA ESCRITO EL MEJOR LIBRO DE LITERATURA INFANTIL DEL AÑO 2014
 
Por José Beltrán Peña
 
Corría el último año de la década del 80 del pasado siglo XX y presentaba una importante antología generacional en el Centro Cultural Ricardo Palma en Miraflores (Lima), referida a una de las más importantes de la historia de la poesía peruana, la del 70. Al llegar al recinto con el poeta Enrique Verástegui -pues había ido a San Vicente de Cañete a recogerlo-, observé que la sala estaba completamente trayéndome un especial nerviosismo. La actividad se realizó estupendamente bien con Tulio Mora, Ricardo González Vigl, Jorge Pimentel, Cesar Toro Montalvo, Carlos Zúñiga Segura y Gustavo Armijos, los otros poetas antologados no fueron porque no les dio la gana y otros se disculparon manifestando diferentes cuentazos. El punto es, que en la primera fila estaba una niña muy bonita, pecosita y de una hermosa cabellera, la verdad que no sabía quien era; ella, escuchaba muy atentamente todo lo que sucedía. Terminada la presentación del libro y después de un maravilloso recital ofrecido por los poetas nombrados, y ya estando en el agasajo respectivo, el poeta y destacado crítico literario Ricardo González Vigil, me presentó a la niña mencionada, era Pilar, su hija. Han pasado muchos años, y ahora es una joven esposa y estupenda profesional, quien nos entrega su segundo libro en el rubro de literatura infantil, titulado, Lala, la sin-piés (Lima, Mascapaycha Editores, 2014), libro que ha sido reconocido como uno de los mejores del año, en su rubro, por “Palabra en Libertad”, pero personalmente, sostengo sin ninguna duda que, es el mejor.
 
Antes de tratar decir algo certero, válido y que pueda ser corroborado sobre el libro mencionado, apunto que, Pilar González Vigil nació en Lima en 1977. Es Licenciada en Psicología de la Pontificia Universidad Católica del Perú con dos grados de Maestría en Neurociencias Cognitivas por la Universidad Maastricht, en Holanda, y Educación por la Universidad de Estocolmo, en Suecia. En los últimos diez años, se ha dedicado a la docencia y a la investigación en las universidades peruanas: Pontificia Universidad Católica del Perú, Ricardo Palma y San Ignacio de Loyola. Incursionó con buen pie al mundo literario infantil  publicando la novela, Rompecabezas para volar, que fue muy bien recibido por la crítica seria y especializada.
 
Por cuestiones del marketing malévolamente imperante y por las ganancias económicas que genera y está ofreciendo la “literatura infantil” en los “planes lectores” escolares existentes, en donde todo se debe de vender sin importar lo estrictamente literario y educativo para la niñez; qué saludable, es leer algo tan maravilloso y valioso, como es el libro de la autora.
 
En primer lugar, el libro está muy bien ilustrado, haciendo una certera conjugación con la historia ficcional vertida, en donde el niño se sentirá muy cómodo en su lectura para una buena comprensión y aprehensión. Hay un detalle a resaltar –que para algunos incrédulos será un defecto-, es que las páginas no tienen la clásica numeración, pues ello hace que el lector debe de compenetrarse con la historia y para ello no está la numeración sino los dibujos.
 
El argumento me ha fascinado, es genial, porque es multitemático porque aparte de inculcar y enseñar valores humanos, sociales y ecológicos, sueños y esperanzas personales y familiares, toca de una manera sutil pero valedera, un tema de actualidad –que siempre ha existido- como es el bullyng y el “ser diferente o invisible”, como por ejemplo, por un defecto físico.
 
Algunos incautos podrán decir fácilmente, esta historia está inspirada en el famoso cuento, “El Patito feo”, pues no señores, en la estupenda obra de Hans Christian Andersen, no hay grandes diferencias físicas: los patitos y el cisne pertenecen a un mismo género, son aves y realizan idénticas funciones: caminar, volar, comer, nadar, etcétera. En cambio en el cuento de Pilar, los insectos son diferentes el ciempiés es rastrero y la mariposa es voladora (además el proceso para que la mariposa vuele tiene que ser primero una oruga y después le crecerán las alas y etcétera). Es por ello, que está descartada dicha influencia mal pensada.
 
Como sabemos muy bien, los niños son los más crueles para decir una verdad sin pensar en su consecuencia, por ejemplo, cuando son defectos físicos: Mira como camina chueco ese cojo, se le desentornilló el brazo al manco, el virolo está viendo en doble función, a ese down le falta pilas) o también puede ser por cuestiones raciales, idiomáticas, estatura, costumbres, vestimentas. Y resulta que esto, sucede en el propio hogar y no solamente en la libre sociedad. Esos niños, pueden ser los propios hermanos, como son los “hermanitos de Lala” que son ciempiés y ella, al nacer, en vez de patitas tenía pelitos para arrastrarse, recibió insultos y burlas por ser “diferente”. Como se puede apreciar, es un tema que parece tan sencillo pero que en honor a la verdad, es tan importante tocarlo y desarrollarlo, -humanamente hablando-, que este estupendo libro, ayudará a los maestros, padres de familia y a los propios niños, a comprender, entender y aceptar, esa parte de un gran porcentaje de la población mundial, los mal llamados minusválidos, ya sea por nacimiento congénito o quedar así por alguna enfermedad u accidente.
 
Asimismo, Lala, a pesar que era diferente que sus “hermanos y mamá”, nunca quebró sus sueños de llegar a lo alto de una montaña, iniciando un proceso de ejercicios, diálogos y mentalizarse para hacerlo sin pensar que se convertiría en una bella mariposa y podría ver más allá que su propia familia. Gran enseñanza, que los sueños se pueden realizar con mucho esfuerzo, dedicación y sacrificio.
 
Y para finalizar, felicitando a Pilar González Vigil, por este maravilloso libro, y que  anteriormente vislumbró a personalidades de las letras con, Rompecabezas para volar, me uno a “la manchita” que canta alegremente a Lala:
 
“Lala la sin pies, sin pies,
es la valiente que soñó una vez,
y ahora es Lala la mariposa, posa, posa,
que vestida de alas su sueño goza”.
 
Fuente:
 
Palabra en libertad.

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