Sociedad Literaria Amantes del País: PAPÁmor, LA RELACIÓN PADRE E HIJO EN LA LITERATURA. Por Jackeline Faviola Condori Huamaní

PAPÁmor, LA RELACIÓN PADRE E HIJO EN LA LITERATURA

Por Jackeline Faviola Condori Huamaní

“Un hermano es un consuelo.

Un amigo es un tesoro.

Un padre es ambos”.

Benjamín Franklin.

Buenas noches estimado Director y fundador de la SOCIEDAD LITERARIA AMANTES DEL PAÍS, JOSÉ BELTRÁN PEÑA, buenas noches estimada escritora Lily Cuadra, abrazos fraternos a todos los asistentes del maravilloso segundo evento literario que nos acoge el Centro Cultural de la Municipalidad de Jesús María. Es un placer dar mi discurso sobre La relación Padre e Hijo en la Literatura, me presento soy Jackeline Faviola Condori Huamaní, doctoranda de Educación, maestrista en Gestión y Administración de la Educación, Especialista en Educación, Maestra de carrera de la especialidad de Lengua y Literatura, poeta, narradora y Directora de Imagen de nuestra majestuosa Sociedad Literaria Amantes del País.

Jackeline y José Beltrán Peña con el afiche formal

del Premio PAPÁmor y el Día del Padre del

Escritor Peruano.

¿Por qué elegimos la literatura como medio para perennizar a un ser querido o perennizarnos?

La literatura es el destello de una colectividad que plasma sus historias, sus vivencias, sus valores e imperfecciones en relación al contexto y tiempo de una sociedad que reacciona a veces con razonamiento consciente de la mano con los sentimientos ante los problemas que nos plantea la vida actual y que gracias al mundo literario el ser humano trata de corregir ese mundo real que como un monstro nos quiere atrapar.

Un recorrido por la literatura podemos observar que la presencia paterna ha sido tomada por los escritores y poetas haciendo de él un personaje real o de ficción. En la narrativa o en los versos, recrean las historias de sus progenitores valorándolos, admirándolos como también para criticar su ausencia, su abandono, su decidía, utilizando las palabras como remedio para curar las heridas.

Uno de los más grandes escritores que dio luz en Andahuaylas, Apurímac es José María Arguedas, el Tayta, la relación con su padre fue de ausencias que dio lugar a su más grande infelicidad por el maltrato, discriminación, humillación y marginación desde su niñez de parte de su madrastra y el hermanastro, al mismo tiempo encontró y conoció el mundo andino en sus costumbres, siendo el quechua su idioma madre y que el propio Arguedas dice que aprendió el cariño y la ternura de los indios, un Arguedas que vivió el mundo de los indios y el mundo costeño, lo cual plasmó en sus excelsas obras literarias.

Las ausencias del padre Don Víctor Manuel Arguedas Arellano se debió por las razones de trabajo. Su padre había sido Juez, pero pierde el trabajo por razones políticas. Ante este suceso su padre buscar trabajo como abogado itinerante. En su adolescencia recuerda Arguedas los viajes con su progenitor. A pesar de la ausencia de su padre, José María Arguedas sentirá una admiración por el esfuerzo de su padre por proveer el dinero en casa y al mismo tiempo pena. Ya de adulto cuando se sentía enfermo nuestro querido Tayta, hacía todo lo posible para ir a visitar a su padre a Yauyos. Un padre que a pesar de sus ausencias siempre se preocupó por la educación de su hijo.

Gran representante de la narrativa urbana actual, poeta representativo de la generación del 90, narrador, un egregio crítico literario, sobresaliente estudioso investigador de la poesía peruana y promotor cultural, José Beltrán Peña, quien ha tomado la figura paterna de su amado Don Pedro Beltrán como uno de los temas centrales en su obra literaria titulado Papámor publicado en el año 2019 y otro libro titulado Poesía peruana al padre, publicado en el año 1992 considerándosele el primer antólogo referido a la temática paterna, así mismo es el primer escritor peruano que produjo todo un libro de poesía referido a la figura mencionada, y ambos libros por su valiosa importancia literaria han sido reconocidos por la critica literaria como los mejores del año en sus respectivos rubros.

José Beltrán Peña y PAPÁmor.

La relación con su padre ha sido de vivencias de calma, de olas rompiendo contra las rocas, una caminata sobre el mar y la fe infinita de admiración a la fortaleza y valoración al diálogo con la vida y la muerte.

PAPÁmor germina, crece y madura en la edad adulta de la vida del hijo que osó ir contra el sueño de papá para imponer su ideal de ser y demostrar a su entrañable creador ser un célebre y respetado representante de la poética nacional, que el señor Pedro asintió con orgullo aceptando la valentía de su hijo por luchar por su sueño.

Primera edición de PAPÁmor. Foto de Miluzka

Vera Mendoza de Arequipa.

El señor Beltrán se muestra como un padre diligente y comprensivo ante su prole. Representante de la generación de hierro, se muestra fuerte ante la adversidad de las enfermedades que varias veces tocaron su puerta y entraron por la ventana, pero Don Pedro con su espíritu indomable de sangre andina las esquivó con gallardía. Los cerros y los Apus confabularon a su favor, pero Tánato le dio un puñal con la partida de su amada Hortencia, quedando con un profundo hondo dolor que nunca lo demostró a su amado hijo.

PAPÁmor, obra poética de oración espiritual al padre, al héroe, al amigo, al hijo, al sabio de la vida aprendió ser padre con la ayuda de mamá Hortencia, una pareja atemporal que embebieron de tierno y fuerte amor con respeto como ejemplo de amor celestial que su hijo ha de cultivar.

Victoria Pulgar Taboada y la segunda edición de PAPÁmor.

Estimado señor PEDRO BELTRÁN usted ha trascendido y está celebrando la vida celestial a lado de su bella flor Hortencia y todos los ángeles danzan al compás de nuestra hermosa música andina y es un ejemplo a seguir.

Clotilde Huamán, Romanac Alvarado, Rocío Martínez, Jackeline Faviola

Condori Huamaní, José Beltrán Peña, Claudia Flores, Lily Cuadra y Paul

y Joseph Firbas.

Desde niño fue monaguillo en su tierra Cajamarca y toda su vida ha sido religioso y en su despedida cuando cerró los ojos su hijo lo encontró en su lecho de muerte con la imagen del Señor Cautivo de Ayabaca en su pecho que lo tenía entre sus dos manos, hombre de fe que enseñé los valores y la creencia a DIOS.