EL EBRIO
Caminando voy por las calles,
ebrio ya de afanes,
ebrio ya de pesares,
con los ojos legañosos como de perro enfermo,
los alígeros carros en la lejanía se pierden
con su humo deletéreo,
los transeúntes van, vienen y no se detienen cual autómatas,
solo yo los contemplo,
solo yo los observo
como un pájaro negro,
como un pájaro triste
que presiente su mal tiempo;
miro el cielo y no hallo mi estrella,
miro el suelo y un amargo escupitajo esputo
como maledicencia de mi suerte.
Gracias estimado amigo José Beltrán Peña por la difusión de la literatura regional .
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