EL EJERCICIO DE LA TERNURA
Por WINSTON ORRILLO.
El amor amanece
frutecido
cuando empieza el tam-tam de la ternura.
Amamantar la luz
entrelazados
desvanecerse azules en los besos
y saber poco a poco los fonemas:
escribir en la espalda de la amada
y leer de corrido en su sonrisa.
¡Qué fósforo que
tienen tus espasmos!
Amor qué madrigal el que yo escribo
en
bandadas de besos que te hacino
Rebaños de
rasguños
melifican
la tarde en este abril
desmantelado.
Allano a la
tristeza
y la exorcizo
con el oro aromoso
de la tierna
canción que yo descorcho
reincidente.
Me asilo entre
tus pechos
nena mía
y arácnido yo soy
cual azorado
centauro
que te monta
marfilíno
Ternura sementera
y aposento
arropados
en fin
esplendorosos
así nos zambullimos
en su alberca
de cada día o noche
¡taquicardia!
No hay comentarios:
Publicar un comentario