El poeta cusqueño, Rodolfo Dondero Rodo, ha presentado con mucho acierto poético y sensibilidad humana su poemario LOS GOLPES DEL BADAJO, en donde engalana al amor y encanta al tiempo.
Participa con mucho temple y calidad literaria en las reuniones de la Sociedad Literaria Amantes del País.
A continuación publicamos un poema inserto en el libro. ¡¡FELICIDADES RODOLFO!!.
EL CHARCO
El agua, le viene a cada quien,
con la lluvia, para formar su charco,
agua que contiene, lo que muestra
en el reflejo, visto desde las nubes
todo esto, en rápida dinámica,
por las nubes en movimiento,
que cambian los reflejos del charco.
con la lluvia, para formar su charco,
agua que contiene, lo que muestra
en el reflejo, visto desde las nubes
todo esto, en rápida dinámica,
por las nubes en movimiento,
que cambian los reflejos del charco.
Quien mora en su propio charco
tiene, lo que la lluvia le trae
alegrías y penas, son los reflejos
que las vaporosas nubes miran,
cada charco, es reflejo de una vida
atada, a lo que dura en el tiempo,
hasta el día que se seca el charco.
tiene, lo que la lluvia le trae
alegrías y penas, son los reflejos
que las vaporosas nubes miran,
cada charco, es reflejo de una vida
atada, a lo que dura en el tiempo,
hasta el día que se seca el charco.
En el transcurso de cada vida,
los reflejos que ven las nubes,
confesiones son, hechas al cielo,
unas veces, con contrición,
otras, de agradecimiento son,
la indiferencia, no está ausente,
el charco refleja, lo que esconde la gente.
los reflejos que ven las nubes,
confesiones son, hechas al cielo,
unas veces, con contrición,
otras, de agradecimiento son,
la indiferencia, no está ausente,
el charco refleja, lo que esconde la gente.
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