jueves, 5 de julio de 2018

POEMARIO DE DORA MURRUGARRA. Por JOSÉ BELTRÁN PEÑA.





En nuestro corto o largo caminar en los variopintos caminos de la vida siempre nos encontramos con seres de todo tipo y características, comunes o resaltantes, así como talentosas o simplemente animalescas –racionalmente hablando-, que nos acompañan paralelamente en nuestro existir, en este último acápite, una de ellas, es la poeta cajamarquina, Dorita Murrugarra, quien nos ha sorprendido con su primer poemario titulado, "Deleites para los oídos", (Lima, Sociedad Literaria Amantes del País),  por ser maravillosamente catártico y además que a través del arte, la autora, en parte es la voz de muchas mujeres que tratan de zanjar sus propias cuentas vivenciales, recreándolas e iluminando sus oscuridades para brotar en libertad humana. Son poemas sencillos que hermoseados por la rima nos ratifican ser una poeta en libertad
       Paradójicamente ella, cierra su poemario mostrándonos su poética: Cómo admiro la claridad / a cada instante del día / y la luz resplandeciente / amo la poesía // Misterio y gran tibieza / la que mi alma envuelve / cual cuajada lluvia / que un poema disuelve. Sus palabras nos confirman que, sabe que el arte es una sagrada comunicación con energía singular, diálogo de corazones y de conciencias en mágica soledad: El silencio me agrada / con su música virginal / ya que parece irreal / su melodía encantada.
      Otro punto poetizado es el desamor, y qué bien que sea así, porque nos conduce con sus versos a diversas reflexiones, por ejemplo, el papel que juega la mujer en nuestra sociedad hipócrita, elitista, machista, alienada  y racista, en donde muchas veces es vilipendiada, subordinada, maltratada y ofendida a vista y paciencia de los propios familiares, amistades (vox populi): Palabras  hirientes / laceraban mi ser / y heridas emergentes / aumentaban mi padecer. Pero también nos alerta que existe una redención en el amor que ennoblece la vida esperanzadoramente: Porque reviviste esperanzas perdidas / aquellas que las creía ya vencidas / aunque no lleguemos a concretizar nada / gracias a ti viviré ilusionada.
     Y lo dicho es válido puesto que es más hermoso amar que ser amado y nunca perder la ilusión, ni en los mínimos detalles: No entendí el mensaje que me diste / arreglé tu cabello mal cortado / cuando adiós al despedirte me dijiste / mi corazón se quedó muy desolado. Sin lugar a dudas es un poemario femenino con mucha fuerza amorosa que nos lleva a reflexionar y a creer que el amor existe aún en el más allá, y en el recuerdo sin odio: No es de Dios / odiar lo que se amó / mi desengaño feroz / en el aire se esfumó.
      Hay poemas de la madre a los hijos, de una amiga a otra muy querida, de una señora a la vida y a la muerte con lágrimas de distintos colores que hablan en nuestros oídos; pero lo que más me ha conmovido poéticamente es la pérdida de un bebe sin haber caminado: Su cuerpo frío estaba / a pesar del gran calor / ya lejos se encontraba / en el paraíso del Señor.

      Dorita Murrugarra, nuestra amiga-poeta, con su primer libro nos muestra sus versos cristalinos llenos de amor que lo comparte con sus lectores diciéndoles: Aunque no haya nada material / compartimos gran espiritualidad / y siempre le hará falta / tu sombra a mi soledad, y como es una mujer con una voz propia y libertaria le dice a la sociedad: Vive el loco su locura / el hombre su desfachatez / el mundo su desventura / más adelante o después. Felicitaciones y que vengan más poemarios. Así sea.
 
 

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