JOSÉ BELTRÁN PEÑA: UNA LITERATURA SIN FRONTERAS.
Escribe: TEODORO J. MORALES.
La literatura, con el correr del tiempo, fue abriendo a nuevas vertientes
como propuestas de expresión, entre ellas esta las minificciones.
El día de su presentación en el Club Social Miraflores:
Fanny Jem Wong, José Beltrán Peña, Charo Arroyo
y Ricardo Gonzáleaz Vigil.
JOSÉ
BELTRÁN PEÑA (1) en “DIALOGANDO CON EL DINOSAURIO DE MONTERROSO. 242
minificciones (2), nos entrega una publicación en el que condensa todo ese
conocimiento que le ha sabido ganar a la
vida y nos introduce a un universo
enriquecido de su narrativa, que permite
a su lector ser parte importante en la formulación creativa que plantea. Las
minificciones están agrupadas en siete instancias (La Palabra Estalla (10).---
La Palabra Colores (75).--- La Palabra Amor(57).--- La Ecopalabra (45).--- La
Palabra Mágica(25).--- La Palabra en Cruz(20).--- y, La PerúPalabra(10).
Giovanna Minardi, en “A Manera de Prólogo”, dice: “No todos los textos hiperbreves
son minicuentos, algunos se acercan a otras clases textuales que, en mayor o
menor medida, participan de su misma característica: el poema en prosa, la
crónica periodística, la anotación, el aforismo, la boutade, la alegoría” (…) “una
literatura sin fronteras, según palabras de
Beltrán Peña, o, quizá mejor de fronteras, que cuestiona una visión
conservadora, jerarquizada del centro, a favor de una concepción excéntrica,
desestabilizadora de toda practica cultural, podría verse la minificción como
un acto contestatario”.
Las minificciones de Beltrán Peña, en parte, son razonamientos que abren
las puertas de entendimiento del lector, a quien le permite que- con su
imaginación, pueda enriquecer la historia que da y que se dimensione de tal
manera que la literatura ingrese a espacios no imaginados, haciendo que esos minicuentos
conviertan al lector en co-autores del texto, algo que no fue previsto al
momento de empezarse a escribir esas historias con tal planteamiento, las que
son alimentadas con la rica imaginación de los lectores.
Para ustedes transcribo algunos textos: UNO.- (“Él toco la puerta de su
casa para hablarle a Dios y ella al verlo por la ventana le abrió el de su
corazón”).--- DOS: (“Un viejo en el desierto lloró como un niño porque en vez
de encontrar agua encontró petróleo”).--- TRES: (“Las mujeres hermosas son
invisibles para la inteligencia del corazón”).--- CUATRO: (“Al año de la rata
se lo comió un gato y el año del chancho terminó en un cilindro”). Mi mente al
leerlos, con mi imaginación, empieza a dimensionar cada una de esas
minificciones y hacer grandes historias de ellas.
Para
las minificciones no existe estructuras pre establecida como fórmula de creación
literaria, puedo decir, que, las minificciónes, permiten a cada lector- darse
la historia que su capacidad intelectiva le permite.
Martha Crosby Crosby, refiriéndose a los cuentos de minificción de
Beltrán Peña, dice: “nos trasladan a una sublime expresión de abstracta pureza
donde le permite al lector ejercitar sus
capacidades cognositivas, su bagaje cultural y su imaginación creativa para
retomarlos en una lectura fina y evolucionada”.
Una
de las exigencias en poesía es la síntesis,
no se trata de amontonar palabras para hablar de la vida y sus
misterios, de lo indefinible que resulta a veces hablar de la belleza, o de las eternas preocupaciones que nos quitan el
sueño; en la narración, no se tiene como exigencia aquello, sin embargo, como
todo -ella- evoluciona; en los cuentos
de minificción, el escritor, alcanza
como propuesta la concisión de expresión, en el que, los universos de sus
historias, no tiene medida alguna, él, deja abierta las puertas de la
imaginación de su lector, para que por ellas ingrese a universos mayores que su
entendimiento y comprensión de lectura le permitir lograr con libertad y su capacidad creadora pueda hablar.
Uno
lee las minificciones de Beltrán Peña, muchas de ellas con su ironía zahiere a
esa seriedad en la que se encerró a nuestra
imaginación- como en una cárcel, la
que despertando como de un sueño empieza a fabular libremente, dándole grandeza
a la expresión narrativa, haciendo que su silencio hable. En estas
minificciones, el escritor- hace que el lector, se convierta y asuma el acto
creador como parte activa en ella, permitiéndole que con su imaginación- que
estaba dormida, haga que cada una de estas historias, lo que le permita hacer
su mente creadora y su espíritu inventivo de lector, introduciendo a las
historias nuevas realidades de vida que las engrandezca.
Para
muchos, resultara novedosa esta expresión, les parecerá rara la propuesta narrativa,
pero, cuando la luz se haga en ellos, lo
entenderán perfectamente, y empezaran ellos también a fabular con presteza, haciendo
que estas aparentes pequeñas historias se expresen en la dimensión que cada uno
cree deben de tener.
En el Parque de la Amistad, José Beltrán Peña
con Fanny Jem Wong, quien realizó la carátula del libro.
NOTAS:
(1).- José Beltrán Peña, nació en Lima (poeta,
cuentista, investigador literario, antólogo y promotor cultural). Presidente –
fundador de la SOCIEDAD LITERARIA AMANTES DEL PAÍS.
(2).- “Dialogando con el Dinosaurio de Monterroso”.
242 Minificciones de José Beltrán Peña. Primera edición, mayo 2019, 139 pp.
Lima. Gaviota Azul Ediciones. Carátula: Arte de Fanny Jem Wong (El Pepeoso y el
Dinosaurio). Foto de carátula: José Beltrán Peña. Formato: 14.5 x 20.5 cm.
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