miércoles, 30 de septiembre de 2020

TERTULIAS LITERARIAS PARA MI HERMANO DEL ALMA, JOSE BELTRAN PEÑA. Por JULIO SOLORZANO MURGA..

 

                                                    Julio Solórzano y José Beltrán Peña.

 
 
    TERTULIAS LITERARIAS
    PARA MI HERMANO DEL ALMA
    JOSE BELTRAN PEÑA.
 
    Por JULIO SOLORZANO MURGA.
 
 
 
Sabes mi hermano José,
muchas veces el día duerme silente
la vida agoniza al tic tac del reloj
su débil fragancia disipa al amor.
 
Hoy me entero que tú Mamita Hortensia
partió a la presencia de nuestro Creador
su bello rostro cual pétalo de Rosa
exhalarán su dulce fragancia al Divino Eterno.
 
Ella será siempre tu consuelo y tu eterno amor
tu mamita Hortensia siempre cuidara tu vida
abrazara tus mañanas bendecidas de amor
y será tu apoyo en momentos difíciles.
 
Deja que el llanto amargo de la vida
discurra libremente por tus mejillas
deja que tu corazón palpite acelerado
déjate llevar por el dolor, 
ella siempre estará a tu lado.
 
 

 

JOSÉ BELTRÁN PEÑA: ENTRE LA POESÍA Y EL LIBRO - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO).



 
JOSÉ BELTRÁN PEÑA: 
 
ENTRE LA POESÍA Y EL LIBRO
 
“Abre con ternura un libro,
y  sentirás la respiración del Creador”.
                                                     Aralba
 
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)

Todos conocemos la profunda crisis de lectores del LIBRO IMPRESO, sobre todo entre los niños, adolescentes y jóvenes. Me refiero a los libros que se leen fuera de las aulas, no a los cuadernos en forma de libros que han copado los “nidos”, las escuelas primarias, los colegios secundarios y las academias pre universitarias; tampoco aludo a los libros con lomos dorados que nadie consulta, y que se exhiben por metros para impresionar a las visitas, tanto en oficinas, casas museos, recintos diplomáticos, mansiones lujosas, etc.

Son muchas las causas que originan esta crisis, por lo que enumerarlas sería muy prolijo, razón de más para citar sólo una de ellas: INTERNET, “red de redes” con una capacidad de convocatoria que desborda cualquier cálculo a escala mundial. Los lectores acuden por millones, segundo a segundo, para experimentar una serie de vivencias enriquecedoras a través de obras digitales, que están al alcance de todos, las 8,760 horas del año. Pero esta situación en vez de desalentar a los autores y empresas editoras, los ha impulsado a trabajar duro y parejo, para que el libro impreso siga cumpliendo su noble misión en la formación del Hombre y del conocimiento universal. En este afán, doble trabajo están desarrollando las editoras de revistas, periódicos y suplementos para mantenerse vigentes en el mercado, produciendo al mismo tiempo ediciones impresas y digitales, con creciente participación de escritores y especialistas en diversos temas. Lástima que en esta hazaña sin precedentes, en extremo onerosa y sacrificada, el Ministerio de Educación esté tardando demasiado en apostar por el diálogo franco con los autores, para oxigenar los libros de consulta escolar y superar las carencias mediante tendencias de avanzada, siguiendo el ejemplo de la Naturaleza que se renueva permanentemente.
 


 
Uno de los antólogos que está luchando a pulso y cerebro para mantener indemne el acervo impreso, es el poeta, investigador literario, gestor cultural e historiador JOSÉ BELTRÁN PEÑA. Sus antologías son manantiales de agua fresca que fluyen sin cesar, donde versos de diferentes tonos y registros se funden en uno, no como muestra representativa del momento, sino como canto de vida que busca el alba en un coro de confraternidad literaria. Sus antologías no aparecen de vez en cuando como los cometas, sino de manera sostenida, marcando una franja divisora entre el aislamiento que diseca y la difusión colectiva que multiplica, gracias a su amplia nómina de creadores que acoge con los brazos abiertos y el corazón henchido de gozo. Sin lugar a dudas una muestra latente de la importancia de su trabajo en la forja diaria de la literatura, que la cultura y la educación de los pueblos, reclaman. Se suman sus libros de investigación literaria y revistas, entre las que predominan: “EVANGELIO DE LA POESÍA”, “MARIO VARGAS LLOSA EN LA HISTORIA DEL PERÚ”, “LITERATURA PERUANA DEL FIN DEL MUNDO”, “ESTACIÓN COM-PARTIDA”, “HAIKUS PERUANOS”, “POESÍA CONCRETA DEL PERÚ / VANGUARDIA PLENA. ESTUDIO Y ANTOLOGÍA”, “ESTAS 13 DEL 90”, “LA POETA PERUANA Y EL EROTISMO. ESTUDIO Y ANTOLOGÍA”, “POESIA PERUANA INFANTIL”, “ESCRITORES DEL COLEGIO NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE”, “POETAS PERUANAS”, “LUIS HERNÁN RAMÍREZ: POETA Y ACADÉMICO PERUANO. ESTUDIO Y SELECCIÓN”,  “POESÍA PERUANA A LA MADRE. POEMAS SELECTOS”, “POESÍA PERUANA AL PADRE. ANTOLOGÍA”, “POESÍA PERUANA PARA NIÑAS Y NIÑOS / POEMAS SELECTOS PARA EL COLEGIO Y LA CASA”,  “SERPIENTE DE EVA” y “PALABRAS EN LIBERTAD”, en esta última se siente el palpitar de la palabra LIBERTAD en cada edición, no de aquella libertad que levanta su voz sólo en días de feria. Esa bendita libertad, cuyo crisol purificador anida en este pensamiento del poeta cubano José martí, escrito en Nueva York durante su destierro: Hay hombres que son peores que las bestias, porque las bestias necesitan ser libres para ser dichosas: el elefante no quiere tener hijos cuando vive preso: la llama del Perú se echa en la tierra y se muere, cuando el indio le habla con rudeza, o le pone más carga de la que puede soportar. El hombre debe ser, por lo menos, tan decoroso como el elefante y como la llama. En América se vivía antes de la libertad como la llama que tiene mucha carga encima. Era necesario quitarse la carga, o morir”.  José Julián Martí Pérez, murió luchando “de cara al sol” por la libertad de su patria amada, como fue su deseo supremo, el 19 de mayo de 1895 en la zona de Dos Ríos (Cuba).
 


 
Del mismo modo, José Beltrán, presenta libros de diferentes autores y editoras, y realiza recitales poéticos, haciendo escuela de solidaridad en cada jornada, atizando permanentemente el fuego cultural al ritmo de las palabras, tonificando la vida y endulzando los latidos cardiacos de sus compañeros de peregrinaje. Un digno ejemplo de enseñanza viva, siempre con el motor en marcha. Luz perenne en el camino literario.
 


 
José Beltrán Peña ama los libros, al libro: amigo, hermano, padre, abuelito… sobre todo cuando contienen diversas formas expresivas como testimonios de vida. Poeta inmune al brillo ajeno, presenta libros individuales o antologías, con la misma alegría e intensidad comunicativa con la que presenta sus propias creaciones, porque sabe como todo poeta benefactor, que es mejor dar a raudales que hacerlo a cuenta gotas, superando su propia marca mes a mes. Él convoca a todos los aedas sin distinción alguna: grandes, medianos y en vías de desarrollo creador, buscando en todo momento la hermandad, como avizora la profecía de Isaías en el siguiente texto bíblico:El lobo convivirá con el cordero; el leopardo se acostará junto al cabrito; el becerro, el león y el animal engordado andarán juntos, y un chiquillo los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas…”.
 


 
Seres humanos como José Beltrán, son bellos ejemplos de desprendimiento y amor por los semejantes. Seres que prefieren contar con batallones poéticos en vez de batallones que destruyen vidas y contaminan conciencias. Única herramienta de afecto, perseverancia y talento, capaz de acabar con la ignorancia y la indiferencia. Son seres humanos de espíritu precursor, dispuestos a dar la vida por sus ideales. Seres humanos que dejan a un lado el individualismo en aras de la dimensión colectiva. Seres que ceden el paso a propios y extraños para ensanchar el camino del verso, en aras de un mundo más humano, unido y pacífico.
 


 
José Beltrán Peña, “voz templada en la fragua ardiente de la sensibilidad creadora”, como diría el cicerone chiquiano Manuel Ñato Allauca, es un poeta nato, de reconocido prestigio en el país y en el extranjero, con muchos premios y galardones bien merecidos que acepta con humildad franciscana, pero con el alma plena de gratitud. Poeta de corazón generoso y reciedumbre mayúscula para el verbo, e inteligencia luminosa que abre sendas en torrencial abundancia, buscando que la poesía alcance carácter universal, escribe así:

REQUIEM

I

¿SI UN NIÑO NAVEGA EN SU BARCO DE PAPEL, ENTONCES,
POR QUÉ, UN POETA NO PUEDE CAMBIAR EL MUNDO CON SU POEMA?

II

LA VIDA DEL POETA
ES UNA OBRA DE ARTE
QUE SE ESCULPE
CON PUÑALADAS QUE DA EL TIEMPO.

III

10:12:00 p.m.   MORDIÉNDOME EL OÍDO IZQUIERDO, ME PREGUNTÓ:
                               ¿la poesía o yo?
10:13:08 p.m.   LE RESPONDÍ CON VOZ LATINA:
                               la poesía
10:13:56 p.m.   SACUDIÉNDOSE LA ARENA Y MIS CARICIAS
                         DE SU ROSADA PIEL
                         SE VISTIÓ EN SILENCIO
10:18:00 p.m.   ME DEJÓ SOLO
10:20:00 p.m.   ME SENTÍ SOLO
10:32:02 p.m.   ME CREÍ INCAPAZ PARA MONTAR EL LOMO DEL MAR
10:34:34 p.m.   AL GUIAR MIS OJOS AL CORAZÓN DE LA LUNA
                               VOLVÍ A SER EL MISMO DE LAS 10:19:59 p.m.
                               AL CONTARME ENTRE LAS ESTRELLAS
                               MIENTRAS LA BRISA ME PEINABA


 
La trascendencia internacional de su obra viene siendo abordada desde diversas perspectivas por eminentes intelectuales peruanos y extranjeros. Por motivos  históricos cuya nutrida exposición rebosan estas sucintas líneas, cito solamente los nombres de 40: Ricardo González Vigil, Juan Benavente Díaz, Danilo Sánchez Lihón, Luis Hernán Ramírez, César Toro Montalvo, Marco Martos Carrera, Jorge Cornejo Polar, Manuel Velásquez Rojas, Yolanda Westphalen Rodríguez, Manuel Pantigoso Pecero, Martha Crosby Crosby, Norma Maquilón Vera, Benjamín Blass Rivarola, Max Silva Tuesta, Ronald Haladyna, Norka Bríos Ramos, Juan Rodríguez Jara, Rosella Di Paolo, Rosario Valdivia Paz Soldán, Rene Carhuanhuanca Buller, Ana María García, Marcial Moro, Ismael Pinto, George Cromwell, Teodoro Hampe Martínez, Vicente Azar,  Maynor Freyre, Salomón Lerner Febres, Ana Varela Tafur, Winston Orrillo, Enrique Verástegui, Carlos Zúñiga Segura, Heriberto Tejo, Luis Antonio Meza, Raúl Jurado Párraga, Jorge Coaguila, Desiderio Blanco, Rafael Lara Rivas, Giovanna Minardi, Carlos Parra Morzán, Hélard Fuentes. Ruth Miranda, Teodoro Morales, entre otros.
 


 
En su onomástico renuevo mi tributo de fe y esperanza, al laudable trabajo literario y la ejemplar calidad humana de uno de los más prolíficos hacedores y pensadores peruanos: poeta JOSÉ BELTRÁN PEÑA, augurándole éxitos personales y realizaciones colectivas en su empeño de forjar comunidades de lectura y de promoción poética, como buen apóstol de las letras peruanas y universales. 
 
 
 

domingo, 27 de septiembre de 2020

4 POEMAS “TELÚRICOS Y MAGNÉTICOS” (*). Por WINSTON ORRILLO

 



4 POEMAS “TELÚRICOS Y MAGNÉTICOS” (*). Por  WINSTON ORRILLO

 

 

     CANTIGA POR TÚPAC AMARU

 

 

Túpac Amaru, cacique claro,

Cuatro caballos o cuatro truenos

No consiguieron desembarcarte

Del heroísmo,  que fue tu nave.

 

Fue en Tungasuca donde la afrenta

Se hizo vindicta, fruta madura,

Espiga indemne. Fue en Sangarara

 

Donde la historia, como doncella,

Quitó sus velos, hizo la venia

Y a la miríada de poblaciones

 

Llegó la nueva: Túpac Amaru,

Cacique claro, espuela al viento,

Con la justicia se ha desposado.

 

 

 

 

 

 

 

 

      A JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI

 

 

Por los andamios

Del alba

Que construyes

(Construyéndonos)

Tú edificas,

José Carlos,

Nuestra alma

Matinal.

 

 

 

 

 

 

 

      ¿CÉSAR VALLEJO HA MUERTO?

 

 

Cesar Vallejo ha muerto

Y viudas y cuñados,

Bomberos, policías,

Estilistas, doctores

Preparan un sarao.

 

César Vallejo,

Escapa del banquete,

Escóndete en mi pieza,

Enfúndate en mi capa,

Y viaja en aeroplano

Muy lejos de esta villa.

 

César Vallejo,

Te escribo y te relato

Los acuerdos del foro.

Te cuento, sí, al detalle

Las ponencias, los dengues

Sobre tu poesía. Te mandaré

Las fotos de tus inquisidores. Y

También las protestas

Airadas

De Georgette.

 

César Vallejo, escucha

No te enfades: se te

Lee en el templo. Las

Monjas te recitan y

Los diarios te inventan

Periplos, biografías.

 

Mas eso ya no importa

Porque hay otros que dicen:

Tu piedra y tus hermanos,

Tu palo, tu osamenta,,

El jueves, los hoteles,

Las estrellas, Alfonso:

    Todos vienen hoy

      Día, todos llenos

        De lluvia, caminando,

           Cantando, testigos,

              Combatientes, guitarras

                Y pañuelos, al

                  Fin de la batalla

                   Repitiendo:

      ¡Vallejo,

         Valor

            Vuelve

               A

                  La

                    Vida

 

Pero

 Ya  sin la soga

   Ni el húmero

         En astillas

           Mas sí

             Con Pedro

                Rojas y

                   Ramón y

                     Los niños y

                        España,

                          Camarada,

                             Sin cáliz

                               Ni Caudillo!

                                   Lima, Perú, abril 1970.

 

 

 

 

 

 

           MI TIA TERESA (**)

 

No tuvo hijos ni flores en su casa.

Practicaba el deporte del cariño

Para el otro, el ajeno, el fugitivo.

Mi tía siempre fue muy alejada

 

Del torvo reclamar las regalías.

La recuerdo mirándose al espejo

Y diciendo: “Jesús, el tiempo vuela,

Yo voy siempre detrás del almanaque!”

Se llamaba Teresa, ése es su nombre:

Un Quijote con faldas y sin armas,

Un antiguo dulzor y para muestra

 

Un novio jubilado y con diabetes.

¡La recuerdo barriendo y espantando

El anzuelo y la cresta de la muerte!

 

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(*) De Vallejo es esto de “telúrico y magnético”. De él lo tomo.

Porque estos versos pretenden, un poco, acercarse a esas cualidades.

Y los exhumo de libros anteriores –algunos con más de cuarenta

años de escritos y publicados. Y se los entrego,  precisamente ahora, en tiempos de cuarentena y pandemia,  a fin de exorcizar a ambas. Sumergirse

en la poesía, como dirían los psicólogos y psiquiatras, es una forma de

cantarle a la vida cuando, aquella, la guadaña, es esgrimida a diestra y

siniestra.

(**) Vallejo mismo, alguna vez, escribió “¡quien no tiene un vestido azul” o

más o menos. Yo digo, ¡quién no ha tenido una tía Teresa!, a la que rindo un

pálido homenaje en estos versos que tienen casi cincuenta años, y que, por

supuesto, aspiran a vivir muchos más (depende ustedes, los ímprobos

lectores.)  La Calera, 25 de setiembre de 2020. Winston Orrillo