CASA VIEJA
Casa vieja que tanto sabes, que tanto sabes de amores,
que guardas tantos secretos, que tanto ocultas y guardas,
tanto has vivido alegrías, tanto has sufrido dolores,
grabados en tus balcones adornados de guirnaldas.
Casa vieja que hueles a campo, a licor y vino añejo,
campo que me huele a caña, azúcar con olor a tierra,
hueles a flor de naranjo, margaritas y corcho viejo,
hueles a recuerdos gratos que tu corazón encierra.
Que triste en apariencia luces cubierta de telarañas,
soportada por maderos que carcomen las termitas,
me da alegría pensar en tantas cosas que extrañas,
pero por dios, cómo duele, ver morir las margaritas.
Pétalos blancos en flor que hacen del amor un juego,
linda flor maravillosa que a mi pregunta responde
si la tomo entre mis manos y que me diga le ruego,
si ella niega mi cariño, o si a mi amor corresponde.
Casa vieja que los poetas han convertido en su hogar
para devolverte en versos viejas glorías y esplendor,
volverán las golondrinas a tu balcón sus nidos a colgar
a escribirte mil poemas, y otras mil cartas de amor.
Casa vieja que Chocano disfruta en los corredores,
con su pluma cantarina cual pájaro madrugador,
ágiles y fuertes fueran los caballos y conquistadores,
suena el órgano en la Iglesia, Tupac indio emperador.
Casona que reúnes a hidalgos, escritores y poetas,
que al trinar de la lira que te enternece y te abruma,
carga la inspiración con versos las viejas escopetas,
para hacer que cada bala se dispare como pluma.
Ahí veo a César Vallejo, taciturno y pensativo,
veo juntos a Hernández, Heroud y González Prada,
lleno el ambiente de Gálvez, veo a un Palma festivo,
estrechándose las manos y libando en humorada.
Por favor don Ricardo, venga a mí, deme una mano,
disfrutemos juntos de lo excelso de éste encuentro,
disfrutemos de los versos de cada poeta peruano,
que salgan del corazón, que no se queden adentro.
Rescatemos el valor del inquieto mundo intelectual,
firmes al frente marchemos con los poetas peruanos,
hagámosle saber al mundo que son héroes sin igual,
al defender ideales, con otros pueblos hermanos.
Celestial místico coro que nos impulsa y anima,
son un diablo con tridente que empuja y que estimula,
seres comprensivos son, dan la mano al que lastima,
se juegan por una idea, son más tercos que una mula.
Viejos inquilinos ellos de la desvencijada casa,
poetas peruanos dignos de mente ágil y valiente,
carne de cárcel fueron, poniendo el pecho sin tasa,
peleando por la libertad, luchan el pan de la gente.
Humilde vieja casona convertida en el parnaso,
ofreces a los poetas la paz que el mundo pretende,
sueños que son realidades que van del alba al ocaso,
para burlar un sistema que al poeta no comprende.
Casa vieja que conservas el orgullo de estos suelos,
atesoras un cofre de amores, de vivencias y recuerdos,
tesoros que son la musa y la gloria de los cielos,
la inspiración de los genios, unos locos, otros cuerdos.