martes, 28 de abril de 2020

LITERATURA Y POESÍA, REBELDE DESDE SIEMPRE, JOSÉ BELTRÁN PEÑA... Por CHRISTIAN LOUREIRO.

                                                               José Beltrán Peña.



LITERATURA Y POESÍA, REBELDE DESDE SIEMPRE, JOSÉ BELTRÁN PEÑA...

Por CHRISTIAN LOUREIRO.
(En: laotraprensaperu)


Aún en tiempos de Coronavirus, el amor por el arte y la cultura, tan necesaria a nuestra gente y tan poco tomada en cuenta dentro de las políticas de educación, hace seguir de pié y firme en sus convicciones de mantener la palabra en libertad, al escritor, poeta, antólogo, investigador literario - y un incansable e invencible promotor cultural - José Beltrán Peña, quien hasta hace poco, a través de la Sociedad Literaria Amantes del País, la hacía llegar a toda persona con voluntad de acercarse a conocer, obras y autores peruanos contemporáneos, a quienes en un sinfín de tertulias, recitales y exposiciones, presentaba; y que además reconocía, pues había instaurado para ello el premio: “Palabra en Libertad” otorgado en justicia a la producción artística de cada uno de ellos y a su valor, a veces no reconocido por otros. 

Y no solo escritores y poetas, también actrices, cineastas, pintores, músicos y demás, logrando tener todo un universo artístico, cultural e intelectual a disposición de las masas.
Una actividad indesmayable que - aún en estos momentos difíciles -no cesa, manteniéndose hoy vía redes sociales, estimulado, alentando, comentando e incentivando, con el mismo entusiasmo, alegre, rebelde, y de espíritu socarrón, de siempre. Nada ha hecho que deje de estar de pié y presente, ni que salga ha “pechar” de frente, a esta amenaza de dejarnos, un virus, sin algo que para la raza humana también es vital, como la cultura, la intelectualidad, el arte, la música, la pintura, la literatura, y dentro de todo ello, cómo no, la poesía, que es vida mientras se tenga la voz de esa, palabra en libertad.

A José Beltrán Peña, presidente de la Sociedad Literaria Amantes del País; Director de las revistas de poesía: “Estación Com-Partida” y de literatura, "Palabra en Libertad", nuestro mayor reconocimiento y felicitación.






sábado, 25 de abril de 2020

LA PALABRA AMOROSA Y EN LIBERTAD DE MARIANO LOZANO-P Por FANNY JEM WONG Y JOSÉ BELTRÁN PEÑA.




LA PALABRA AMOROSA Y EN LIBERTAD DE MARIANO LOZANO-P


Por FANNY JEM WONG Y JOSÉ BELTRÁN PEÑA.

(PROLOGO DEL POEMARIO  Del 7 al 14 solo dos lunas” DE MARIANO LOZANO-P)

Carátula del poemario.



José Beltrán Peña y Fanny Jem Wong.

Mariano Lozano-P es un artista madrileño multifacético. Un hombre nacido para las artes y la creatividad, con una capacidad de producción realmente impresionante. Tiene más de cuatro décadas de labor artística que han dejado grandes huellas en quienes lo conocemos y en quienes tuvieron la oportunidad de disfrutar de sus magníficas obras.

Su trabajo artístico es realmente prolífero, constituido por miles de composiciones musicales, decenas de espectáculos y trabajos discográficos por los cuales ha merecido discos de oro y diversos premios nacionales.

Ahora nos presenta su primer poemario, titulado, Del 7 al 14 solo dos lunas, que nace como resultado de veinte años de trabajo con la palabra, libre inspiración, dando como resultado un interesante compendio de recreaciones profundamente humanas, las cuales llevan al lector a infinitas lecturas de diversas fases cíclicas del tiempo, la vida, la alegría, el dolor, la luz, la oscuridad, el amor y sus vicisitudes, enfrascadas con aura filosófica, mostrándonos todos los colores de la luna y de nuestra propia existencia.

El poemario está constituido por ocho estancias. Al inicio el autor nos muestra lo que regirá su poética:

«Algunos dioses prohíben cantar / para que no les quiten el puesto. / Yo me puse a entonar / todos los versos del libro de la vida en una noche. / Los hay malos. Los hay buenos».

 

CORPUS


Bajo este título el poeta inicia su travesía artística, revelándonos que sabe del poder de la palabra y de su trascendencia, que el paso del tiempo lo universaliza, quebrando las divisiones impuestas por el hombre (razas, idiomas, costumbres, y todos los preceptos impuestos a la sociedad humana).

«El amor llega un día. / ¿Baja de las alturas, o pulula por entre ríos? / Te regala sin preguntar / si estorba o hace falta. / Llega y te aguantas. / No entiende de razas, nombres / lenguas, patrias, / culturas, religiones... / Llega y se instala».

En los siguientes versos, Mariano, como hombre de teatro, ha hecho una maravillosa conjunción con la poesía, mostrándonos con personajes del ámbito de las tablas el trajinar y la existencia del ser humano, en dónde al final la función no termina, sino que tiene que continuar, como ocurre con la eternidad de la palabra, revelándonos la unión mágica entre el arte y el poeta.

«Los dioses del teatro decidieron / hacer una representación / con nuestros cuerpos, / más los títeres enredaron sus hilos / en mitad de la función / y una fuerza olvidada y primigenia / dio vida a la inerte carne de nuestras realidades muertas».

Su poesía es humanamente amorosa, y en esta estancia Mariano nos trasmite su amor, sus demonios, sus sueños y su canto a las musas:

«¿No sería bonito morir en este instante?» / Dijiste. / No podré sin tu voz. / Te acunaré mientras el gallo canta / y si te vence el sueño y temes perderme / yo estaré en tus sueños tantas noches como hay».

1+1=Ø

El título de este capítulo no es una suma común, el poeta utiliza un símbolo histórico que tiene relación con los gladiadores cuando pasaban a mejor vida y con el conjunto que representa el vacío.

El poeta sabe que la vida es una constante lucha, es amar, es caminar, es caerse y levantarse, dejando huellas de todo tipo en su propio existir, en donde el individuo puede parecer derrotado, destrozado o liquidado, más cuenta con la fuerza por esas cosas del destino para levantarse y continuar:

«Llegué roto y creí que era de cansancio. / Pero no. / Era porque había dejado rastros y despojos / en la perla de occidente».

Lo mismo este caminar al cual nos referimos, se ve reflejado en el campo del amor en donde a veces después del éxtasis solo tenemos vacío e inclusive nada, en donde las palabras muchas veces no tienen respuestas y nos vemos condenados a la incertidumbre:

«Su boca mordía la sábana / y me pedía mentiras. / Mientras yo me quemaba por dentro / y le daba el alma, cosa que no pedía. / Susurraba palabras perdidas y yo no sabía tocarla: ¿Cómo podría?»

 

2-1= 0 LA PRIMERA HERIDA



Nuestro poeta utiliza el personaje animal más dócil que tiene el ser humano como amigo, el cual muchos lo consideran un animal tonto frente a la figura por ejemplo de un gato, pero nuestro autor lo reivindica, puesto que se identifica con él, al considerarse esclavo del amor y todos sus devaneos, en dónde todos podemos ganar o perder, todo lo cual se ve reflejado en los siguientes versos:

«Sigo siendo un perro con collar. / Soy el último blasfemo. / El tonto de feria. / Romántico de desván oscuro y polvoriento».

El poeta es un ser solitario y Mariano lo sabe muy bien, por ello magistralmente la figura de Dios quien teniéndolo todo pareciese que no fuera así:

«Yo salí despedido a otras órbitas lejanas / en busca de planetas que quieran albergar algo más que lunas sin vida. / Soy el que soy: Dijo Dios con todas sus consecuencias».

SE ACERCA EL DÍA, LA HORA, LA TORMENTA DE LA SEPARACIÓN


Mariano en esta estancia nos muestra artísticamente, la traición, el abandono, el desamor, el alejamiento, que también toca a los lectores, porque como se dice «quién no ha tenido un desamor, no sabe lo que es el amor»:

«Me has envenenado y tengo que vomitarte / Me has dado la luz y tengo que ocultarme / en la espesura oscura y lóbrega del olvido».

Así mismo en los siguientes versos nos ilumina poéticamente, sobre lo doloroso que puede resultar la despedida, cuando se quiebra un compromiso de amor:

«¡Juré no llamarte más! / Cortar la raíz y dejar secar el árbol, / sus flores y frutos no nacidos. / ¡Oh dios! ¡Qué dolor! Verte por última vez, / por la ranura, la quebradura, el arañazo… / Adiós, mi eterna promesa de amor».

NOCHE. OSCURO. SILENCIO.

Lo mismo que en el capítulo anterior, nuestro poeta, catárticamente sabe que la muerte no mata a nadie y que lo que verdaderamente nos desaparece es el olvido, el silencio mortuorio:

«No quiero olvidar el olvido mata la vida / la vida es recuerdo. / Yo quiero vivir en tu recuerdo / y quiero que tu recuerdo me de la vida».

 

¡EL AMOR ES PODEROSO! CRÓNICAS DEL REENCUENTRO


Nuestro poeta es un romántico a carta cabal, sabe que el amor tiene una fuerza capaz de levantarnos, así como también nos puede liquidar. Sus versos están imbuidos en el lindero del erotismo fino, acompañado y en soledad:

«¡El amor es poderoso! / El amor es como el agua / que busca su hueco. / A veces se hace barro / y a veces se desborda. / A veces se convierte en hielo / o se evapora en el hueco de una mano».

 

DE 7 A 9 OTRAS COSAS QUE YA TE TENGO DICHAS Y NUNCA TE CON TÉ


En esta estancia nuestro autor nos presenta versos que quizás nunca los dio a conocer a la persona indicada y aunque los dijo no fue con la libertad de su palabra, compartiendo con sus lectores sus palpitares y sus sueños, sus deseos y sus desencantos, su brillar y su oscuridad en los linderos del amar, como por ejemplo el considerarse la aurora que cubre con su visión la palabra de la amada y el interrogarse sobre el cómo se puede amar tanto en diferentes estallidos:

«Soy como el alba / que se hace de día / persiguiendo la estrella / de tu sonrisa. / Grito tu nombre / al aire fresco de la mañana. / Recojo el eco dolido / y respiro tranquilo tu imagen. / Cómo se puede querer tanto y no romperse».

En los siguientes versos el poeta, que también sabe de historia griega y de buena literatura, espera llegar y entregarse a los brazos de Arcadia y conquistarla amorosamente con sus palabras y versos para existir eternamente:

«Arcadia son tus brazos / complejos verbos y entelequias. / Solo quiero entender tus palabras / depositando pozos azules / en mi memoria luminosa / de luces de estrella. / Te escucho Arcadia y me vacío de penas».

 

PRINCIPIOS DE FINAL


Es el último capítulo de la travesía poética de Mariano, con versos muy sentidos, artísticamente vividos, recreados de manera libre, y zanjando cuentas, se presenta y nos toca, haciéndonos reflexionar, vivir, revivir, cuestionar, e interrogarnos, si el amor es lo mejor de la vida o es lo opuesto, en dónde se quiebran preceptos, contratos, costumbres y encarcelamientos que el propio hombre ha creado, y que con la poesía libera, exorciza y embellece, sin tiempo. En donde solo interesa la comunicación de palabras y cuerpos con sentimientos, como por ejemplo un amor a distancia, que nunca será comprendido:

«No tendremos que fingir juntos ante nuestras familias. / Ni las cosas de los hijos salpicarán nuestra relación. / Tampoco envejeceremos juntos con manías incluidas, / ni nos tumbaremos sin decirnos nada en el sillón».

¿Quién por amor en tiempo pasado o presente, no ha recordado a la persona amada a través de una foto?

Creemos que ninguna, ya sea recordando, llorando o sonriendo a la persona amada. Nuestro poeta lo ha poetizado excelentemente:

«Sigo acariciando tus fotos como si pudieran sentir. / Las miro y me responden. / Les hablo por dentro y me miran por fuera. / Me queda tanto y tan poco».

Mariano, cree en lo cabalístico, en lo metafísico, en el todo, en la nada, lo cual se ve reflejado a lo largo de sus versos, con una sensibilidad especialmente luminosa poetizándolo, en donde lo fatal se torna hermoso, la oscuridad se ilumina, lo muerto renace, logrando así detener al tiempo con su palabra:

«Entre el siete y el catorce / solo dos lunas enormes, rojizas, preñadas / de sueños aún por estrenar. / Nació ya muerta a la vida. / Tan henchida de amor llegaba / que no le cabía entre pecho y espalda. / Le reventó por dentro su sangre enamorada. / Por las heridas salían / mariposas doradas. / Perdidas. Sin amo. / El otoño se encarga / de dormirlas bajo tierra; / de empaparlas de rocíos; / de acallarlas con hojas bermejas… (…) Catorce días para olvidarte. / No hay dolor. Ya no queda de eso. / Se lo comió el amor».

Mariano Lozano-P, el poeta, el amigo, el ciudadano del mundo, en su EPÍLOGO finalmente nos dice:

«Cuando el camino termine me vestiré de sombra e iré a visitarte».

¡Claro que sí! Porque antes de este bello poemario nos ha demostrado ser un artista genuino, sin fronteras, y ahora con Del 7 al 14 solo dos lunas, nos embelesa con su talento y don de gente, habiéndonos enseñado y compartido a corazón y cerebro abierto su compromiso con el amor, la libertad y la vida.


Lima, Perú 07 de abril del 2019.


Depósito legal: GR 296-2020
ISBN: 978-84-17680-34-3.





  
PARA EL RECUERDO










PRESENTACIÓN DEL POEMARIO DE MARIANO LOZANO-P. Por GRACIA MORALES.



PRESENTACIÓN DEL POEMARIO DE MARIANO LOZANO-P

Por GRACIA MORALES.


Conocí personalmente a Mariano Lozano-P. en 2009, cuando colaboramos en el proyecto que desembocó en ¿Eres tú?, un audio-libro para bebés publicado en 2014, en el que se conjugan imagen, palabra y música para ofrecer a los más pequeños un objeto artístico de calidad. En ese proyecto estaban también Antje Wichtrey, Inmaculada Pérez Frutos y Anndrés Neuman.

Pero antes de eso, yo había visto (y escuchado) varios espectáculos teatrales donde Mariano había participado, componiendo y realizando la banda sonora, con compañías como «La Rous» y «Aracaladanza». El proyecto ¿Eres tú? me permitió entonces acercarme a este artista al que yo ya admiraba por esa música tierna, sugerente, juguetona o inquietante, que consigue conmoverme siempre que la escucho.

Desde entonces he seguido su trayectoria, que se ha ido volviendo cada vez más transdisciplinar. Además de sus creaciones musicales, Mariano Lozano-P. ha llevado a cabo diversas instalaciones, donde integra sonido e imagen (como su reciente «Mirando el ruido»: una fascinante y arriesgada exposición de impresiones gráficas de los fallos digitales de ruido del vídeo y la fotografía).

Mariano ahora se embarca en un nuevo viaje: el de sacar a la luz poemas que lleva gestando, sin prisa, desde hace varios años. Así nos presenta su Del 7 al 14 solo dos lunas.

Se trata de un libro que gira alrededor de un centro claro: la experiencia amorosa. Pero esta temática se aborda desde múltiples perspectivas, lo que aporta dinamismo y tensión al poemario, que, en ocasiones, parece estar desvelando una estructura de altibajos o de avance en espiral. La voz poética que afirma «No me he vacunado / de las sirenas», transita así por entre las diferentes vivencias ligadas a este sentimiento: la pasión erótica, como una fuerza redentora, nutriente y telúrica; la vulnerabilidad ante la amante; el enfrentamiento con el desengaño o el abandono… También el estilo de los textos varía: algunos son muy breves (sólo una pregunta fugaz lanzada a una interlocutora silenciosa) y otros de más largo aliento; asimismo, encontramos composiciones con clara resonancias populares (como «El amor es poderoso» o «Mi dama baila la danza del vientre») junto a otras donde la expresión del dolor tuerce el propio discurso, generando así imágenes de tono surrealista (como en «Estoy envenenado»).

Termino esta breve presentación expresando mi alegría de que Mariano se haya decidido a sacar a la luz estos poemas, que ha estado atesorando durante buena parte de su vida. Poemas que tanto dicen de él y de su irrenunciable defensa de la sensibilidad y la entrega como motores vitales.

miércoles, 22 de abril de 2020

LA ESPECIE HUMANA FRENTE AL CORONAVIRUS Por Jorge Rendón Vásquez



LA ESPECIE HUMANA FRENTE AL CORONAVIRUS
Por Jorge Rendón Vásquez.


Llevada, en gran parte, por el transporte aéreo, la infección del Covid-19 se ha hecho universal. Ataca a todos los que puede, sin discriminaciones. Sus víctimas son, por ahora, los seres humanos, algunos o muchos de los cuales cooperan con él, transmitiéndolo.

Es un virus similar a otros que causan la gripe, pero más agresivo. Lo descubrió en 1964 la microbióloga escocesa June Almeida, casada con un actor venezolano. Tomó muestras del fluido de la nariz de varias personas con gripe, las puso en el microscopio electrónico y lo vio: un infinitesimal ser vivo, esférico y con prolongaciones semejantes a la corona de la reina de Inglaterra. Le causo gracia y lo llamó Coronavirus. Cuando dio a conocer su descubrimiento en un artículo, la ningunearon. Pero lo que ella había hallado no pasó desapercibido para otros más inteligentes y menos egoístas. Ahora se han acordado de ella.

Tan temible atacante viaja en las gotículas de saliva de quienes lo tienen que se esparcen cuando hablan, como un pulverizador, hasta un metro delante, penetra en los otros cuerpos humanos por la nariz, la boca y, a veces, los ojos, que se comunican con la nariz, se mete en la garganta, incuba allí unos días, multiplicándose, y pasa a los pulmones. Las defensas del cuerpo humano detectan a los invasores y se traban en una lucha a muerte con ellos. La alternativa es: o las defensas vencen, matando a los invasores; o estos las matan a ellas y matan al afectado. La posibilidad de que triunfen las defensas aumenta si conocen ya a esos enemigos y disponen de los anticuerpos necesarios, lo que pueden lograr con las vacunas.

La lucha del cuerpo humano contra otros enemigos, como esos, o más grandes, como las bacterias, los hongos y los parásitos, es permanente.

Esto nos lleva a preguntarnos, de nuevo, qué es biológicamente el cuerpo humano, y la respuesta es: un conjunto superorganizado de billones de células especializadas en funciones que han evolucionado desde que apareció la vida sobre la tierra hasta convertirnos en la especie animal dominante de las demás especies.
A las células las vio por primera vez, en 1665, el inglés Robert Hooke con un microscopio que él mismo hizo y le puso ese nombre por su parecido con las celdillas de las abejas. En 1830 Theodor Schwann y Matthias Schleiden, alemanes, descubrieron las células humanas.

La evolución de estos conjuntos de vida ha sido el resultado de un combate constante y mortal contra otros conjuntos, combate regido por la ley de la selección natural, por la cual se imponen o vencen los individuos más aptos, que pueden serlo por su fuerza, constitución, reacciones o número, y en la especie humana, además, por su inteligencia y organización. Charles Darwin descubrió esta ley y la expuso en su libro El origen de las especies por medio de la selección natural, publicado en 1859. En su libro El origen del hombre dijo: “El hombre puede tomar de animales inferiores, o comunicarles a su vez, enfermedades tales como la rabia, las viruelas, etc., hecho que prueba la gran similitud de sus tejidos, tanto en su composición como en estructura elemental, con mucha más evidencia que la comparación hecha con la ayuda del microscopio o del más minucioso análisis químico.” (El origen del hombre, cap. I). Esta vez, el Coronavirus, en un salto triple, ha pasado de los murciélagos, que conviven con él, a algunos hombres y mujeres no adaptados para soportarlo y de ellos ha migrado a otros. 

Con el ataque del Coronavirus estamos, pues, ante otro episodio de la selección natural. Sobrevivirán los más aptos que, en el caso, son los que poseen defensas más firmes, por lo general las personas menores de 60 años, y los que sepan defenderse. Saber defenderse implica conocer al enemigo y sus vías de penetración en el cuerpo humano y, consecuentemente, impedirle que ingrese, o sea, mantenerlo a raya, fuera de nosotros.
Ya se conocen los medios de defensa: 1) aislarse en las casas o departamentos en los que se habita; sólo salir adonde haya gente cuando sea estrictamente necesario; las personas mayores de 60 años deberían quedarse en casa, salvo que no tuvieran otra persona con la cual vivan;  2) al salir a ambientes con gente llevar siempre la mascarilla, anteojos, y guantes si es posible; 3) lavarse bien las manos con jabón cuando se retorna a casa; las cosas tocadas por personas infectadas, como los pasamanos, las manijas, el dinero y otras podrían ser un puente de transmisión del virus; 4) desinfectar los zapatos con una solución de legía y lavar la mascarilla y la ropa usada en la calle con jabón; la luz del sol es un desinfectante natural, no por el calor, sino por los rayos ultravioleta; un par de horas de exposición pueden bastar; 5) tomar una tableta de vitamina C, 1 gr. por día para reforzar las defensas.

Entre los menos aptos frente al Coronavirus se encuentran las personas que no se informan sobre este; los indolentes y negligentes activos y pasivos que prescinden de someterse a las medidas de protección; y las personas con menores ingresos que habitan en ambientes congestionados o carecen de servicios de agua y desagüe, y que, a pesar de esta situación, deberían ser más cuidadosos.

Es evidente que la propagación de esta pandemia se debió, en los primeros momentos, al desconocimiento de su peligro y a la reacción tardía de los gobiernos. Quienes portaban el virus lo transmitieron libremente. Cuando la infección se extendió y se supo lo que significaba, la contaminación corrió a cargo de los indiferentes y negligentes y de los portadores asintomáticos. Después que los gobiernos dispusieran ciertas medidas obligatorias de protección, teóricamente ha debido terminar la propagación del virus en unos quince días. No ha sido así. Los casos han continuado hasta hacer colapsar los hospitales. Todo lleva a indicar que son los negligentes los afectados y causantes de la transmisión a otros descuidados.

Si está probado que las medidas de protección son eficaces —puesto que de otro modo no se les recomendaría— el país debe ya reintegrarse paulatinamente a la normalidad y permitir la reanudación del trabajo en las empresas y la administración pública, todos usando los indicados medios de protección. La asistencia a las escuelas y las reuniones deberían aún esperar. Para las demás personas la regla debería ser: salir a la calle sólo cuando sea estrictamente necesario.

Hasta que la conciencia social sobre la importancia de las maneras de defenderse sea más sólida, se requerirá exposiciones de información y consejo e instrumentos jurídicos obligatorios para la ejecución de ciertos comportamientos de relación social.