“MINIFICCIONES” DE JOSÉ BELTRÁN PEÑA
Por MARTHA CROSBY CROSBY.
De acuerdo a Lauro Zavala, profesor de literatura, mexicano estudioso del cuento en sus diversos estilos y modalidades, la minificción es una nueva forma de aproximarse a la literatura, nos lo describe como un género híbrido, conciso, irónico y lúdico. Hibrido por encontrarse al limite de otros géneros literarios que la asemejan a la prosa poética, a los cuentos, a los ensayos y a los aforismos, (sentencias y principios de contenido filosófico). Así tenemos como ejemplo el siguiente aforismo del poeta francés Alphonse de LaMartine:
“A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en un mismo ataúd”.
La brevedad es predominante y hallamos minicuentos con una extensión desde una sola página hasta de tan sólo dos o tres líneas. A estos cuentos ultra breves se les ha dado nombres tales como: detalles, instantáneas y miniaturas o cuadros, situaciones y relaciones de sucesos, o cartones, apunte, opúsculos, tal como lo mencionan escritores de la talla de Alfonso Reyes, Helguera, entre otros. Cortázar los llamó testículos o minicuentos.
Raúl Brasca de Buenos Aires (Argentina), afirmaba que la microficción o minificción “será tanto mejor como mejor sea su lector” aludiendo sin duda a la capacidad del lector de interpretar su contenido.
Shua entrega también a manera de ejemplo, una minificción de tres palabras:
“Terremoto busca profeta”.
donde el lector deberá ser conciente de las complejas relaciones entre los profetas y las catástrofes naturales.
Otro tema de minificción lo tenemos en “El Dinosaurio”:
“Cuando despertó el dinosaurio todavía estaba ahí”,
del escritor hondureño, Augusto Monterroso (1921-2003). Hay una anécdota muy famosa sobre este minicuento: Durante una cena de gala en honor de Augusto Monterroso una encumbrada dama le dice: -Maestro he leído su cuento “El dinosaurio”. Él le responde -¿Y qué le ha parecido?. Ella, echando sus pechos enjoyados hacia el frente le dice: Maravilloso maestro, me está pareciendo maravilloso, pero aún no lo termino de leer…”. Lo cierto es que este minicuento ha servido de materia de tesis de estudios universitarios en varios países latinoamericanos.
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Al leer Minificciones (Lima. Ediciones Amantes del País, 2011), de José Beltrán Peña, no podemos dejar de recordar a sus famosos Haikus, poemas orientales igualmente entrelazados por su brevedad aunque diferenciados por sus características singulares.
José Beltrán Peña.
José Beltrán Peña se une de este modo nuevamente al estilo breve, preciso, artístico y profundo, así lo leemos en el cuento Nº I del libro:
“El cuento respiraba”
donde vamos a percibir elementos tales como la fantasía, la realidad, el movimiento y trama de situaciones significativas y terrenales; o como en el cuento Nº III:
“El silencio gritaba”,
lo que nos abre a una serie de posibilidades y extensiones en donde la represión y el mutismo nos puede llevar al limite de la desesperación y al clamor desgarrado o tal vez a la expresión encubierta de absoluto gozo.
La temática social se halla incorporada a su reconocido estilo imprimiéndole un sello personal y único. Lo apreciamos por ejemplo, en el minicuento Nº IV, que se define por si solo:
“En una milésima de segundo la paz reinó totalmente entre los hombres”.
Se puede observar a lo largo de los cuentos de minificción de Beltrán Peña, un especial énfasis en el tema de la comunicación y del contacto afectivo del cual se derivan los principios de libertad, de paz y de amor. Nos lo hace saber en el cuento Nº 9:
“Apúrate que mi sombra se está derritiendo”.
Y nos da también las mismas claras señales al leer, en el cuento Nº XIV dedicado a sus loros Pipo, Lulú y Benito:
“Mientras aprendían a leer y a escribir le crecían plumas de libertad”.
Podemos apreciar igualmente la facilidad de describir sucesos de la vida a manera relatos, por lo cual me atrevería a proponer el cambio de nombre de minificción por el de minirelato, de esta manera, encontramos casos de la vida real como en el cuento Nº LXXVIII:
“El le dijo: etcétera, etcétera, etcétera.
Ella le contestó: Ok, ok, ok.
La amante gritó: mmmm, mmmm, mmmm.”
También lo describe y relata en el cuento Nº 80, titulado Sorpresa:
“Él besaba con locura y lujuria unos hermosos y carnosos labios femeninos, hasta que ya rendidos de placer decidieron hacer el amor. Él le dijo: voy al baño y vuelvo princesa. A los diez segundos el otro cuerpo lo siguió parándose al lado suyo para orinar”.
Disfrutamos asimismo de su estilo lúdico cubierto de ironía tal como se halla en el cuento Nº XXXVI:
“Le preguntaron al reo sentenciado a muerte: -Cuál es su último deseo?. Él pidió sin titubear: -¡Un piso saber!. El reo era un pavo navideño”.
La misma ironía figura en el cuento numero LX:
“Un critico de arte despistado, comentaba la belleza de un cuadro surrealista que según él era una mesa con alas de ángeles sin rumbo fijo…. Un niño que vendía caramelos al escucharlo le replicó: -Está loco el tío, si es Túpac Amaru jalado por cuatro caballos”.
Los cuentos de Minificción de José Beltrán Peña, nos trasladan a una sublime expresión de abstracta pureza donde le permite al lector ejercitar sus capacidades cognitivas, su bagaje cultural y su imaginación creativa para retomarlos en luna lectura fina y evolucionada.
En conclusión: Hallamos un desborde artístico de síntesis literaria que nos abre las puertas a múltiples interpretaciones dentro de la fragmentada unidad de sus cuentos que nos permite una rica exploración y análisis de contendido disfrutando a la vez de su belleza estética mientras profundizamos y nos sumergimos en cada una de las minificiones de José Beltrán Peña.
Para terminar dejo atrás todo lo dicho anteriormente y me quedo con las palabras de una sola interpretación: Este libro es genial.
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Nota: Posteriormente José Beltrán Peña ha publicado, 160 minificciones, y Dialogando con el dinosaurio de Monterroso, y ha sido seleccionado en el libro, El micro rrelato peruano de Ricardo González Vigil.
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Martha Crosby Crosby. Poeta, comentarista, promotora literaria, y psicóloga de profesión.
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