(El poeta y su padres)
La poeta y declamadora, Celia Luz
Flores Flores, en una moche de poesía, me presentó a Edwin Casaverde,
manifestándome que escribía bien. ¡No se equivocó!.
UN MOMENTO DE SILENCIO, es un poemario
de buena factura, siendo su primera vez. Es un libro cuajado con aires de
madurez y gran sensibilidad creativa, en donde el poeta, sabe del compromiso
del escritor con la palabra, con la vida, con el amor y con lo divino; o sea,
su lectura nos hace vibrar las neuronas, los nervios y las venas.
1.-POÉTICA: Nos confirma fehacientemente
su compromiso real con la poesía (arte), porque sabe que no es un juego, no es
un hobby y no es fácil:
“Es duro el peregrinar en esta tierra
de forasteros / llevar de compañía alma de poeta / una bulliciosa ciudad arde
en cerrada puerta / desde el teatro, al artista estallan los aplausos / al
cielo”.
2.-LA VIDA: Por su experiencia al “caminar”, puede
ironizar la realidad injusta de nuestra hipócrita sociedad globalizada, de
brillos falsos (ceguera):
“El hombre pasa, en infantiles figuras,
/ por cada esquina, la riqueza extiende sus / fortalezas y los prados se quedan
/ sin vergeles, pesan sobre sus pétalos / las altas torres de la indiferencia /
Ah!... cuánto anhelo a los ciegos”.
3.-CATARSIS PERSONAL: Los golpes
recibidos (de palabra, de contacto, de silencio), hacen que el poeta los
recree, conjugándolos con nuestras propias vidas, iluminando recuerdos:
“Extraño mi infancia porque no recuerdo
/ llorar tanto como ahora. / Extraño los arados de aquel hombre que / fertilizó
la tierra, porque hoy, todo lo / que toca las manos dañan / Era el corazón
simple como las páginas / de un libro, escribía en su historia sus muchas ganas
de amar”.
4.-AMOR: Temática universal. Regla general:
para hablar de amor tiene que existir el desamor. El poeta lo enmarca atinadamente
con la poesía, hermoseándolo:
“La felicidad del azul cielo es /
empañada por la copiosa lluvia, / confundida por mi doloroso llanto, / porque
tu música se resolvió en / Nada, como el humo del oloroso incienso. / Es cada
vez más lúgubre la luz / de mis ojos, languidece lentamente / como el fin de un
sueño; ya / no despertará más la fantasía de tu verso”.
5.-LO DIVINO: Como humano inteligente
y pecador, cree y tiene fe en la existencia de Dios:
“En ti habita Dios con toda su
divinidad, / en ti duermen los nombres memorables, aquellos / a quienes el
mundo olvida, los que más / quise, hay también en tu mesa un lugar para / mi
osamenta…”
Asimismo, en el despertar triunfante
de Jesús:
“Dicen las escrituras que has de
volver, / como vela encendida velaré hasta que llegues, / con mis palabras
balbucientes hechas oración, / esperaré a que despiertes. / Despierta Jesús”.
Con, UN MOMENTO DE SILENCIO, el limeño
Edwin Casaverde, inicia con palabras seguras una presencia expectante en la
poesía peruana. Estoy seguro que nos dará mucho que leer en sus próximos
poemarios, como bien ha escrito:
“El día no ha dicho aún su última
palabra”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario